El papa Francisco ha continuado hoy su ciclo de catequesis sobre los vicios y las virtudes durante la audiencia general de los miércoles. Hoy, le ha tocado el turno a la acedia. “En la lista de vicios capitales, este término se sustituye más comúnmente por el de pereza, que es uno de sus efectos. La acedia es una tentación muy peligrosa, que nos lleva a ver todo gris, monótono y aburrido. Puede inducirnos a abandonar el buen camino que habíamos emprendido, y llevarnos incluso a perder el sentido de la propia existencia”, ha señalado.
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Como ha resaltado el Pontífice, “quien es víctima de ella queda como aplastado por el deseo de muerte: siente asco por todo; la relación con Dios le resulta aburrida; e incluso los actos más santos, aquellos que en el pasado habían reconfortado su corazón, ahora le parecen completamente inútiles. Es un poco como morir temprano”.
Sin embargo, tiene el remedio contra la pereza y lo comparte con todos. “Para combatir este vicio, los maestros de espiritualidad nos ofrecen diversos remedios. Quisiera subrayar uno muy importante, que es la paciencia de la fe. Cuando una persona se encuentra bajo el yugo de la acedia, es necesario que persevere en la presencia de Dios, acogiendo las situaciones difíciles tal como se presentan ‘aquí y ahora'”, ha recalcado.
“El demonio de la acedia quiere destruir precisamente esta simple alegría del ‘aquí y ahora’, este agradecido asombro de la realidad; quiere hacerte creer que todo es en vano, que nada tiene sentido, que nada ni nadie merece la pena”, ha añadido.
Por eso, “en esos momentos oscuros —que incluso los santos han experimentado— es preciso ser pacientes, aceptando nuestra pobreza y confiando siempre en Jesús, que nunca nos abandona”, ha aseverado.
“¡Cuántas personas, presas de la pereza, movidas por una inquietud sin rostro, han abandonado tontamente el camino del bien que habían emprendido! La de la acedia es una batalla decisiva, que hay que ganar a toda costa”, ha subrayado Jorge Mario Bergoglio.
Saludo especial al cardenal Simoni
En su saludo a los peregrinos de lengua española, ha recordado el inicio de la Cuaresma este Miércoles de ceniza invitando durante este tiempo a “acompañar a Jesús en el desierto con la oración, el ayuno y la limosna, dando testimonio de la fe con alegría y humildad”.
Asimismo, ha continuado más tarde: “Preparémonos para aprovechar este tiempo como una oportunidad de conversión y renovación interior en la escucha de la Palabra de Dios, en el cuidado de nuestros hermanos que necesitan tanto. Y aquí nunca olvidemos a los martirizados Ucrania, Palestina e Israel que tanto sufren. Oremos por estos hermanos y hermanas que sufren por la guerra. Avancemos en este proceso de conversión, en la escucha de la Palabra de Dios, en el cuidado de nuestros hermanos necesitados y avancemos en la oración intensificada, sobre todo para pedir por la paz en el mundo”.
Durante la audiencia de hoy ha estado presente el cardenal albanés Ernest Simoni, quien estuvo durante 28 años encarcelado por el régimen comunista. “Me tomo la libertad de saludar de manera especial a un mártir vivo. Él, como sacerdote, como obispo, vivió quizás la persecución más cruel, la más cruel”, pero hoy “sigue dando testimonio. Y, como él, muchos, muchos, muchos. Tiene ahora 95 años y continúa trabajando por la Iglesia sin desanimarse. Querido hermano, te agradezco tu testimonio. Gracias”, ha dicho el Papa ante el emocionado purpurado.
