Evangelio del día

Quien me ha visto a mí ha visto al Padre

San Pedro de Armengol



Evangelio: Juan 14,7-14

En aquel tiempo dijo Jesús a Tomás: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí también él hará las obras que yo hago, y aun mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Comentario

A estas alturas del itinerario, los discípulos de la primera hora debieran conocer el legado de Jesús, que, en el evangelio de Juan, podría resumirse como la invitación a hacer de la vida entrega gratuita, transitar un camino de servicio que acaba en cruz, o expresado de otra manera, debieran haber aceptado el servicio del esclavo como paradigma del liderazgo en la comunidad cristiana. Aún más, los discípulos de primera hora conocieron lo más radical de su persona y de su mensaje: él y el Padre son uno, él es el Enviado, él ha mostrado el rostro de Dios. Parémonos un momento a meditar lo que significan estas afirmaciones para luego dirigir nuestra plegaria a Jesús.