El papa Francisco, a los anglicanos: “Sería un escándalo que, por las divisiones, no veamos nuestra vocación común de dar a conocer a Cristo”

  • El Pontífice recibe a la asamblea de los primados, con el arzobispo de Canterbury al frente
  • En su discurso, salva la cuestión “divisiva” de la primacía papal: “El Obispo de Roma es el siervo de los siervos de Dios”

El Papa Francisco con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby el 2 de mayo de 2024

“El Señor nos llama a cada uno de nosotros a ser constructores de unidad, y aunque todavía no seamos uno, nuestra comunión imperfecta no debe impedirnos caminar juntos”. Estas fueron las palabras de aliento que el papa Francisco lanzó esta mañana en la audiencia que mantuvo en los palacios apostólicos a los participantes de la Asamblea de los Primados de la Comunión Anglicana, Con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, al frente. De hecho, más allá de los agradecimientos protocolarios, Francisco destacó cómo ambos empezaron prácticamente a la vez su ministerio y subrayó el viaje compartido a Sudán del Sur: “Fue maravilloso, con su esposa, que trabaja allí. ¡Qué bien!”.



Consciente de que este peregrinar conjunto está tentado por “el desaliento, expresándose mutuamente decepciones y expectativas insatisfechas, dejándose dominar por las preocupaciones”, el pontífice subrayó que “las diferencias no disminuyen el significado de lo que nos une”. En este sentido, puso en valor la labor que viene haciendo desde hace cinco décadas la Comisión internacional anglicana-católica para salvar “los diversos obstáculos que se oponen a la unidad”.

Hoja de ruta

“Sería un escándalo que, a causa de las divisiones, no nos diéramos cuenta de nuestra vocación común de dar a conocer a Cristo”, compartió el Papa, que marcó una sencilla hoja de ruta: “Oremos, caminemos y trabajemos juntos, con confianza y esperanza”.

Francisco subrayó que el “verdadero protagonista” en esta ruta es el Espíritu Santo. Con Él como referente, explicó que “no hay que tener miedo a las discusiones, sino vivirlas, dejando la primacía al Paráclito”. “Ciertamente, la perspectiva divina nunca será la de la división, nunca, la de la separación, la de la interrupción del diálogo, nunca”, enfatizó Jorge Mario Bergoglio. Así, destacó que sólo “en comunión con Cristo, redescubriremos la plena comunión entre nosotros”.

Cuestión espinosa

Es más, no dudó en entrar en una cuestión espinosa para los anglicanos y otras confesiones cristianas, que es la primacía papal: “Sé que el papel del Obispo de Roma sigue siendo un tema controvertido y divisivo entre los cristianos”. A renglón seguido, diluyó la polémica, al asegurar que, “según la hermosa expresión del Papa Gregorio Magno, que envió a San Agustín como misionero a Inglaterra, el Obispo de Roma es’ servus servorum Dei’, siervo de los siervos de Dios”.

Con la vista puesta más allá de las diferencias internas, el Papa apuntó el desafío común a todo cristiano: “¡El mundo desgarrado de hoy necesita la manifestación del Señor Jesús! ¡Necesita conocer a Cristo!”.

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