El encargo del Papa a los curas: “Si las parroquias no son sinodales, no lo será la Iglesia”

Francisco entrega una carta a los 200 párrocos que han participado en un encuentro internacional en Roma para promover “comunión y participación” en sus lugares de origen

Un grupo de sacerdotes, en audiencia con el papa Francisco

El papa Francisco quiere que los sacerdotes de todo el planeta sean “constructores de una Iglesia sinodal misionera”. Así lo ha manifestado en una carta dirigida a los 200 participantes del encuentro internacional ‘Los párrocos por el Sínodo’, que se celebra estos días en Roma y con los que ha mantenido un encuentro esta mañana.



Más allá del diálogo a puerta cerrada mantenido con ellos, el pontífice expresa a través de la carta el reconocimiento a los curas por su entrega, sabedor de que “la Iglesia no podría ir adelante sin vuestro compromiso y servicio”. “Es tan obvio que decirlo suena casi banal, pero esto no lo hace menos verdadero”, se puede leer en la carta papal.

Anunciar el Evangelio

“Una Iglesia sinodal necesita a sus párrocos; sin ellos nunca podremos aprender a caminar juntos, nunca podremos recorrer ese camino de la sinodalidad”, admite Jorge Mario Bergoglio, que subraya que “nunca llegaremos a ser Iglesia sinodal misionera si las comunidades parroquiales no hacen de la participación de todos los bautizados en la única misión de anunciar el Evangelio el rasgo característico de sus vidas”.

Por ello, el pontífice argentino plantea que “si las parroquias no son sinodales y misioneras, tampoco lo será la Iglesia”. De ahí, que haya invitado a los párrocos a acompañar a las comunidades “con la oración, el discernimiento y el celo apostólico” para “anunciar la Palabra y reunir a la comunidad partiendo el pan”.

En esta llamada, les propuso “vivir su carisma ministerial específico cada vez más al servicio de los multiformes dones diseminados por el Espíritu en el Pueblo de Dios”. En esta misma, línea, les llamó a practicar “el arte del discernimiento comunitario”, a la vez que fomenten “el intercambio y la fraternidad entre ustedes y con sus obispos”.  “No podemos ser auténticos padres si no somos ante todo hijos y hermanos”, subraya en la carta en un tono más coloquial, en su empeño de “suscitar comunión y participación” en las responsabilidades pastorales.

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