Pío XII proclamó a esta italiana como patrona de los inmigrantes, dedicándole las siguientes palabras: “Imagen de la mujer fuerte, conquistadora, con pasos audaces y heroicos”
De Vicente de Paúl a Carlos de Foucauld, la capital francesa respira santidad en unas calles donde unos y otros descubrieron su vocación y su misión, a la que vez que acunaron carismas eclesiales incuestionables
Hombre sereno, acostumbrado al sufrimiento, algunos le criticaron por su supuesta debilidad en el gobierno de la Iglesia, sobre todo en ciertos momentos más espinosos