Omella, año I: 365 días como líder de la Iglesia en España

  • El cardenal fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española el 3 de marzo de 2020
  • En un tiempo marcado de lleno por la pandemia, ¿qué ha hecho el arzobispo de Barcelona?

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El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española el pasado 3 de marzo de 2020. El purpurado recibió hace justo un año el respaldo de los obispos reunidos en Asamblea Plenaria, que lo señalaron como sucesor del cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez.



El primer presidente que a su vez pastorea Barcelona, de 74 años, terminará su servicio como presidente con 77, pese a que a los 75 es la edad que marca el Derecho Canónico para que los obispos presenten su renuncia. Ergo, el papa Francisco retrasará la jubilación del purpurado nacido en Creta (Teruel). Máxime cuando se ha posicionado como su hombre de confianza en España entregándole la birreta cardenalicia en 2017 para luego situarlo como hombre fuerte en la Congregación para los Obispos, donde se cocina el perfil de los futuros pastores.


365 días después, ¿cómo ha sido su primer año como líder de la Iglesia en España?

Aunque este primer año ha estado marcado de lleno por el Covid, su encargo pasaba por aterrizar las reformas de Francisco en España y aprovechar su mano izquierda para tender puentes con el Gobierno. Esta segundo tarea la ha venido realizando durante el año. No obstante, no ha impedido que la nueva ley educativa merme la capacidad de la escuela concertada ni que se frene la ley de eutanasia. Eso sí, Gobierno y Episcopado parecen estarse entendiendo en materia económica y fiscal, como se ha puesto de manifiesto con las inmatriculaciones.

Primera rueda de prensa

El cardenal Omella, nuevo presidente de la Conferencia Episcopal

El mismo 3 de marzo de 2020, en su primera rueda de prensa como presidente, confesaba que comenzaba con “temor y temblor”. Al poco de sentarse, la pregunta era evidente: ¿cuál será su papel como interlocutor con el Gobierno? Respondía así: “Estamos para colaborar con todas las instituciones, también con las del Estado, porque estamos al servicio de un bien común, en un buen diálogo. Todos nos necesitamos. En una sociedad tan compleja, auguro éxito al Gobierno. Rezaré y colaboraré en la medida que pueda y esté en mi alcance con el Gobierno”.

Yo me quedo en casa

En plena pandemia, los templos se cerraron y las misas se divulgaron por las redes. Los sacerdotes celebraron a puerta vacía y Omella, pese a quienes apuntaban a una desobediencia eucarística, pidió a los feligreses que se quedaran en casa, “no sin dolor”, como ha reconocido en multitud de ocasiones. Mientras, en lo callado, negociaba la ‘nueva normalidad’ con el ministro de Sanidad entonces, Salvador Illa, como el mismo socialista reconoció en declaraciones a Vida Nueva.

“Durante la Semana Santa del año pasado, cuando tuvimos que limitar los aforos en las celebraciones religiosas, el cardenal, ya como máximo responsable de la Conferencia Episcopal Española, tuvo siempre una actitud muy responsable, además de muy humana en lo personal. Siempre pensando en colaborar. Y antes de tomar cualquier decisión me pedía mi parecer como ministro de Sanidad e intercambiábamos puntos de vista. He de decir que en él encontré siempre, además de a un líder religioso muy consciente de lo que había que hacer, un hombre afable y cercano. Ha sido un placer tratar con él”, señaló Illa.

6 millones de euros para los pobres

Omella, quien ha sido durante años el obispo responsable de la Pastoral Social en Añastro, anunciaba solo un mes después, mientras toda España estaba confinada, que la Conferencia Episcopal había entregado 6 millones de euros para que las Cáritas de todas las diócesis se lo repartan para atender a los pobres en medio de la crisis del coronavirus. Y es que lo que nunca se confinó fue la caridad.

Una llamada y una visita a Zarzuela

El rey Felipe VI recibió en audiencia este 22 de febrero de 2021 al presidente de la Conferencia Episcopal en el palacio de la Zarzuela. La audiencia es la que habitualmente se produce tras el nombramiento de un nuevo presidente, pero la pandemia ha dilatado el encuentro. Antes, en junio de 2020, Felipe VI telefoneaba a Omella para transmitirle sus condolencias por los sacerdotes fallecidos durante la pandemia del coronavirus. Asimismo, “ha agradecido el servicio que la Iglesia presta a las sociedad española en el momento presente”, según un comunicado de los obispos.

Cumbre Omella-Calvo

El cardenal Juan José Omella y la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo

Omella se reunía en junio en Moncloa con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. Ambos, encargados de pilotar las relaciones Iglesia-Estado, acordaban entonces establecer “una agenda amplia de trabajo para avanzar en un modelo que permita la colaboración y la resolución de las posibles discrepancias que pudieran plantearse y se han designado a las personas encargadas de ello”.

Y Omella resucitó con el Papa y Vida Nueva

El cardenal participó el 24 de junio en el III Encuentro Vida Nueva, titulado ‘Consejo de cardenales: un plan para resucitar’, junto al cardenal Pedro Barreto, SJ, arzobispo de Huancayo (Perú) y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana; y el cardenal Cristóbal López, SDB, arzobispo de Rabat.

Durante el acto, Omella concretaba su experiencia en la pandemia en el caso de “una persona que ha pasado por el hospital, contagiada de coronavirus, y se ha visto en la cama, en un pasillo, y viendo morir a la gente a su alrededor. Me dijo que eso le hizo pensar en el sentido de la vida, en los valores espirituales. Hemos visto morir muchas cosas que antes teníamos… Como dice el Papa en el artículo publicado en Vida Nueva, ‘algo nuevo está brotando, ¿no lo notáis?’. Lo hemos visto en los sanitarios, las empresas, las familias… Tenemos que relacionarnos, abrirnos a valores espirituales y relacionales. Como escribió Dostoyevski, ‘solo el amor salva’. Está surgiendo la civilización del amor. Requiere de la conversión y de que cada uno se escuche a sí mismo y discierna”.

Recuerdo a Casaldáliga

Un misionero con “corazón de poeta y de místico”. Así definía el purpurado al obispo emérito de Sao Félix do Araguaia (Brasil), Pere Casaldàliga, fallecido el 8 de agosto a los 92 años. Así lo ponía de manifiesto en un mensaje de condolencias enviado a los religiosos claretianos, así como a los cristianos de la región de Matto Grosso, “donde trabajó el gran obispo”. “Demos a gracias por su testimonio. Descanse en paz en el reino del cielo”, añadía, para luego ponerlo de ejemplo: “Es para todos los obispos de la Iglesia un hombre que quiso vivir con los pobres y se entregó a ellos”.

Encuentro con el Papa

Argüello, Osoro y Omella, al concluir la reunión con el papa Francisco

El también arzobispo de Barcelona mantuvo el 19 de septiembre una audiencia de una hora y cuarto de duración con Francisco en el Palacio Apostólico del Vaticano junto al cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente del Episcopado, y de Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y secretario general de la CEE. En la reunión trataron diversos temas, como la eutanasia, la posibilidad de que el Papa visite España, el Valle de los Caídos, Cataluña…

La audiencia con la cúpula de la CEE –reunión que el Papa mantiene normalmente con la nueva presidencia de todas las conferencias episcopales– transcurrió en un clima de gran cordialidad e incluso hubo espacio para las bromas.

Primer discurso como presidente

“No caigamos en el virus de una polari­zación que haga imposible tender la mano, e incluso dialogar con el que piensa diferente”. Con estas palabras como eje vertebral de su alocución, tomando como referencia la encíclica ‘Fratelli tutti’, Omella, se estrenaba con su primer discurso como presidente de la Conferencia Episcopal

En su mensaje, reclamó una y otra vez la “urgencia” de “generar espacios y actitudes de reen­cuentro” tanto a la clase política, como a la ciudadanía y a la propia Iglesia. No faltaron propuestas para la reconstrucción social, desde la petición de una colaboración público-privada para salir de la crisis, la propuesta de un pacto educativo frente a la Ley Celaá, su condena a la xenofobia contra los migrantes y su rechazo a la eutanasia.

Cara a cara con Casado

El cardenal Juan José Omella y Pablo Casado

Omella recibió el 10 de diciembre al líder de la oposición, Pablo Casado, en la sede episcopal. El presidente del Partido Popular trató con el también arzobispo de Barcelona la situación actual de la pandemia, el trabajo social de Cáritas y la labor educativa de la Iglesia. Así lo advertía al menos el escueto tuit con el que los prelados dieron a conocer el primer encuentro entre ambos desde que el purpurado tomara Añastro en marzo.

La reunión se enmarca “dentro de sus encuentros habituales con responsables políticos”, según informaba la CEE en el mismo tuit, pues no dio a conocer detalles del encuentro a través de ningún comunicado a los medios de comunicación.

Mensaje de Navidad

El presidente de la Conferencia Episcopal dirigió un mensaje de felicitación de la Navidad a través de TRECE esta pasado Nochebuena. Ante quienes deben afrontar situaciones económicas “graves”, hizo un llamamiento a que “los responsables políticos y las instituciones públicas y privadas pongan los medios necesarios para que esta nueva crisis social y económica pase cuanto antes”. Para el cardenal, “en eso se concreta ahora su vocación de servicio al bien común sin el cual no existe una verdadera caridad política”. Ante esta situación, destacó, “Jesús está con vosotros” aportando una palabra de “de consuelo, de esperanza, de paz”. “Jesús sufre con vosotros”, recalcó.

Despedida de Juan del Río

La Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas en Madrid acogió el 30 de enero el funeral por el arzobispo castrense Juan del Río, fallecido por coronavirus, una celebración presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal. “Este virus no perdona, no hace diferencias entre personas, condición social, religión, cultura, razas… Este virus nos ha unido a todos en la fragilidad, nos ha recordado a todos nuestra condición vulnerable”, apuntó. “El virus nos hace recordar que estamos en manos de Dios y Él sabe sacar fuerza de la debilidad”, añadió.

Pensando en los familiares y amigos, así como los miembros de la diócesis “que el señor os compense por todo el cariño con el que habéis acompañado a vuestro arzobispo en la salud y en la enfermedad. Gracias por vuestro testimonio y generosa entrega”. “Que este buen pastor, su Dios, su Bien, le acoja en la vida eterna. Hermano Juan del Río descansa en paz en los brazos del Señor. Amén”, concluyó.

Contra los antisistema del caso Hasél

“En España y en el mundo hay un problema creciente que se llama desigualdad y que debemos abordar entre todos, nunca con protestas violentas. Atrevámonos a edificar la paz, trabajemos juntos por el bien común”. Son las palabras que escribía en Twitter el cardenal el 22 de febrero tras casi una semana de protestas violentas en Barcelona por la detención del rapero Pablo Hasél.

Un tweet que ha servido, además, para zanjar la polémica creada en torno a un mensaje anterior del purpurado, ante el que se le ha llegado a acusar de justificar la violencia en las calles. “Que la crisis generada por la Covid-19 no nos haga olvidar la gran pandemia de la desigualdad social que avanza con fuerza desde la crisis financiera de 2008. La injusticia social provoca violencia. Si queremos paz es necesario asegurar el bien común de todos los ciudadanos”, apuntaba Omella.

En realidad, en un primer tweet posicionándose ante lo ocurrido, el cardenal dejaba clara su postura: “En una sociedad democrática las ideas se defienden con palabras, nunca con violencia”. Asimismo, Omella hacía un llamamiento a la cooperación para restaurar la paz en Barcelona: “Trabajemos entre todos por mantener la paz y la concordia en nuestras calles. Rezo por ello”.

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