Illa a Vida Nueva: “No apelo a la confianza de los ciudadanos por ser católico, pero no escondo lo que soy”

El candidato del PSC a president de la Generalitat responde a las preguntas de esta revista y detalla cómo es su relación con Omella y cómo ha acogido ‘Fratelli Tutti’

Salvador Illa

“No apelo a la confianza de los ciudadanos por el hecho de ser católico, pero no escondo lo que soy. He dicho abiertamente que soy católico y tengo unos valores cristianos que intento que guíen mi actuación profesional, es decir, en el ámbito de la política”, explica Salvador Illa a preguntas de Vida Nueva. El candidato del PSC a ‘president’ de la Generalitat exhibió su fe sin complejos durante un momento de diálogo –y oración– con los Cristianos Socialistas catalanes el pasado 8 de febrero, seis días antes de la cita electoral.



Ese mismo día lanzaban un manifiesto pidiendo el voto para el ex ministro de Sanidad del Gobierno de Pedro Sánchez. La reunión, como todas las del grupo, acaba con “la oración que Jesús nos ha enseñado” –introduce Jordina Sabaté, quien está al frente–: un Padrenuestro.

Durante el foro, Illa agradeció al grupo el manifiesto firmado por más de 125 ‘influencers’ cristianos de dentro y de fuera del partido. Entre ellos, un religioso, un pastor evangélico, un laico responsable de una de las Cáritas catalanas o un asesor económico de una de las diócesis –nada llamativo si se compra el mensaje de que “la mayoría de votantes del PSC son creyentes”, como puntualiza uno de los intervinientes–.

Contradiciones y ‘Fratelli Tutti’

Illa, al ser preguntado por esta revista si ve alguna contradicción entre sus convicciones religiosas y ser parte del Gobierno que ha sacado adelante, por ejemplo, la ley de eutanasia, responde así: “No sentí contradicción, porque es una regla ampliamente compartida por la sociedad. Entiendo que quien no sienta que tiene que hacer uso de este derecho no lo hará. Y quien por su profesión médica no quiera, no tiene que prestarse a que otros puedan hacer uso. Se dan todas las garantías sanitarias para garantizar que se pueda ejercer en condiciones. A partir de ahí, que cada uno obre y actúe en razón de su conciencia, sus valores y creencias”.

Preguntado por este semanario por la ‘obsesión’ de sus colegas del Consejo de Ministros con ‘Fratelli Tutti’, Illa reconoce no haber tenido tiempo de estudiarla a fondo. “No he podido estudiar casi nada en estos últimos meses más allá de los datos de la pandemia. Pero sí es verdad que ha sido un aldabonazo. La encíclica ha puesto rostro humano al mensaje de la Iglesia y ha centrado las prioridades de este mundo: no dejar a nadie atrás y estar cerca de los pobres y los más vulnerables”, subraya.

Omella, ese puente

En la misión de tender puentes con la Iglesia, su referencia tiene nombre propio: Juan José Omella. “Con el cardenal he tenido y  tengo una relación muy buena desde que un amigo en común nos presentara”, señala a Vida Nueva. Pese a que las relaciones con las confesiones corren a cargo de la vicepresidenta Carmen Calvo, eso no ha impedido que Illa pudiera tener una relación fluida con el arzobispo de Barcelona.

“Durante la Semana Santa del año pasado, cuando tuvimos que limitar los aforos en las celebraciones religiosas, el cardenal, ya como máximo responsable de la Conferencia Episcopal Española, tuvo siempre una actitud muy responsable, además de muy humana en lo personal. Siempre pensando en colaborar. Y antes de tomar cualquier decisión me pedía mi parecer como ministro de Sanidad e intercambiábamos puntos de vista. He de decir que en él encontré siempre, además de a un líder religioso muy consciente de lo que había que hacer, un hombre afable y cercano. Ha sido un placer tratar con él”. Esa cercanía se evidenció –fotografía incluida– el pasado agosto, cuando Illa se dejó caer con su esposa por Cretas (Teruel), el pueblo natal de Omella.

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