Libertad con cargos para el párroco de Don Benito y prisión provisional para su compañero por tráfico de drogas

  • La Guardia Civil descubrió dos kilos de mefedrona en la casa del cura, pero no viagra, como se dijo inicialmente
  • “Todo lo que se está diciendo es absolutamente falso”, sostiene el abogado del sacerdote

El párroco de Don Benito, detenido por tráfico de estupefacientes

El sacerdote de la localidad extremeña de Don Benito que fue detenido ayer en su domicilio junto a otro hombre ha quedado en libertad con cargos, tal y como ha decretado el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de la ciudad. El cura se habría visto envuelto en la bautizada ‘Operación Botafumeiro’ contra el tráfico de sustancias estupefacientes llevada a cabo por la Guardia Civil.



En concreto, la benemérita habría encontrado en el domicilio dos kilos de mefedrona, una droga que produce una sensación de estimulación que, en no pocas personas, tiene un efecto  afrodisíaco o intensificador de las relaciones sexuales. Además, hallaron 3.300 euros en metálico y básculas de precisión, así como dos teléfonos móviles y un ordenador portátil que serán ahora objeto de análisis policial. Eso sí, fuentes de la investigación han desmentido a EuropaPress que entre las sustancias intervenidas no figuran pastillas de viagra, como se publicó en un primer momento.

No tenía conocimiento

“Todo lo que se está diciendo es absolutamente falso”, sostiene el abogado del cura, Jesús Carretero, que defiende que “no hay ninguna prueba que a él le incrimine”, pues “no tenía conocimiento de nada”. Lo cierto es que, mientras el sacerdote está en libertad con cargos, a su supuesta pareja se ha decretado la prisión provisional comunicada y sin fianza. Eso sí, tras tomar declaración a ambos, el tribunal ha ordenado que el cura deberá comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado y le ha retirado el pasaporte.

Tal y como esta mañana publicó en exclusiva el diario EL MUNDO, el Cuerpo Armado irrumpió ayer en la vivienda del sacerdote, donde se encontraba con quien podría ser su pareja sentimental por considerar que traficaban, siempre según el relato del periódico, con Viagra y otros “potentes afrodisiacos”. Además, el diario madrileño sostiene que contaban con “una clientela abultada” y que “los investigadores están convencidos de que el párroco y el otro hombre son los que dirigían la actividad”.

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