Las ponencias de este jueves de la 53ª Semana Nacional para la Vida Consagrada -impulsada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) de los misioneros claretianos- han concluido poniendo en el centro la realidad migratoria de la mano de Carmen Elisa Bandeo, religiosa de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo y coordinadora de la Red Internacional de Inmigrantes y Refugiados de la UISG.
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“En la UISG tenemos la misión de ser profetas de la comunión, de tejer redes, de ir creando espacios para que el signo visible de la intercongregacionalidad se muestre al mundo, a este mundo tan dividido e individualista“, ha señalado, ha dicho.
Así, ha recordado que, en octubre del 2013, después del naufragio en las costas de Lampedusa, “junto a una hermana comboniana sentimos la urgencia de dar una respuesta como Vida Consagrada, todos nos daban palmaditas en la espalda, diciendo muy bien, sigan adelante”. “Solo la UISG acogió seriamente nuestra idea, la incorporó a las búsquedas que ellas mismas estaban realizando y de esto vio la luz, en diciembre del 2015 la comunidad intercongregacional en Sicilia”, ha asegurado.
Pero, 10 años después, “se continúa caminando, no sin esfuerzo, pero si con pasión, en las dos direcciones, dentro de la comunidad y fuera”. “Internamente se está trabajando a nivel personal y comunitario para construir la comunidad inter congregacional, y externamente se esta trabajando para crear redes en la realidad de Lampedusa, con la población y con los organismos, laicos y eclesiales, italianos y extranjeros, que operan en la zona, y para encontrar el espacio para entrar en relación con el mundo de los migrantes y ponerse al servicio, de forma sencilla y humilde”.
Responder desafíos
“La experiencia que vivieron las hermanas en Sicilia y que viven las que hoy están en Lampedusa”, ha señalado, “el proyecto que tienen las hermanas Oblatas y Adoratrices en el sur de España y tantas iniciativas que hay esparcidas por el mundo”.
“El proyecto inicial ha evolucionado, en lo que hoy me toca coordinar, la ‘Red Internacional de Inmigrantes y Refugiados'”, el cual, “queriendo responder a los desafíos de la movilidad humana hoy en el siglo XXI”. “Este proyecto Internacional de Migración necesita llegar a la gente en su propio contexto migratorio estableciendo canales apropiados de apoyo y trabajo en red”, ha apuntado.
Por ello, ha reclamado “crear una red de apoyo entre las congregaciones religiosas que trabajan en este campo y animar a aquellas que quieran iniciar este servicio”. Asimismo, ha pedido que se desarrollen “procesos de reflexión sobre el fenómeno de la migración y explorar su implicación en la formación y la misión dentro de las congregaciones religiosas” y “desarrollar una espiritualidad que nos permita ser convertidas por los migrantes, refugiados, solicitantes de asilo y desplazados”.
