"Recordar los aniversarios felices nos permite celebrar la vida. Recordar los aniversarios trágicos nos vacuna contra la amnesia y es una buena ocasión para preguntarse si, como cabría esperar, las cosas han mejorado, si el sufrimiento del pasado sirvió, al menos, para avanzar. ¿Dónde quedó el Tarajal, sigue todo igual?"