Albert Hammond: “Me da vértigo empatizar con el Papa”

Albert Hammond

Entrevista con el cantante y compositor británico

Albert Hammond

ÁNGELES LÓPEZ | Celine Dion, Whitney Houston, Aretha Franklin, Tina Turner, Elton John, Joe Cocker, Diana Ross, Julio Iglesias o Luz Casal, han cantado sus canciones. Más de 360 millones de discos vendidos, treinta éxitos en los primeros lugares de las listas de ventas y canciones nominadas a los Oscar, los Golden Globes, los Grammy o los EMYS son el aval de este artista distinguido con la Orden del Imperio Británico y que no cesa de girar por todo el mundo. Desde Alemania, su voz llega como siempre: llena de amor, alegría y vitalidad.

PREGUNTA.- Ha creado auténticos clásicos… ¡A ver si vamos a tener que clonarle!

RESPUESTA.- No sé… Mi nombre está ahí. A veces pienso si lo compongo yo o me lo manda “alguien” para que el mundo disfrute. Tardo unos diez o quince minutos, y luego me pregunto, ¿de dónde vino? No sé si me la manda el universo, el espacio, o tengo un angelito que me guía y me lleva de la mano por el camino correcto.

P.- Como escritura automática..…

R.- Soy un hombre espiritual y aún no he nombrado lo que siento, lo que me pasa. Un día tendré que identificarlo de alguna forma o escribir un libro explicándolo…

P.- La gente se ha enamorado con usted, ha llorado, se ha arropado, se ha reído…

R.- Eso es lo que importa, hacer sentir a los demás. La fama, los premios, todo eso no vale para nada. Me importa que me diga un matrimonio, al final de un concierto: “Con una canción tuya nos casamos, pero también enterramos a nuestro hijo… nos diste la misma paz”. ¡Eso es increíble!

P.- Además, es usted el único gibraltareño al que adoran los españoles…

R.- Pero no creo que sea por haber nacido en el Peñón, ¿no? Aunque me queréis más de lo que me quieren los gibraltareños.

P.- Crecer a un paso de la cuna del flamenco le habrá influido mucho…

R.- Sí, pero también el rock, el pop, el country, las zarzuelas, el cuplé… La música es música. Sana. Curativa, me atrevería a decir. Además, la siento desde que cantaba en el coro de la iglesia.

P.- ¿Quién de todos los destinatarios ha comprendido mejor el espíritu de su música?

R.- Una de las mejores fue Whitney Houston en One moment in time, que es la canción que mejor resume el espíritu olímpico. Tan redondo me pareció que pensé que ya no podía hacer nada más después de aquello.

P.- ‘Quiéreme mucho’, ¿se la dedicamos a Merkel, a Lagarde…?

R.- (Risas) ¡A todos! Porque yo creo que ninguno nos quiere.

P.- ¿Y ‘Amor no me quieras tanto’?

R.- La verdad es que no puedo creer que todos los gobiernos nos hayan robado tanto, y en todo el mundo. Y aquí estamos, como si no hubiera pasado nada. Intento no pensar en ello, porque me hago mucho daño, pero me duele tanto…

P.- ¿Le puedo preguntar qué opina del Papa?

R.- Me gusta muchísimo, muchísimo, muchísimo. Dice exactamente lo que yo pienso. Debe ser un grandísimo ser humano. A mí me importa más el espíritu que la religión, y creo que a él, con todas las distancias, también. Me da un poco de vértigo empatizar con él y sentir que pueda verse solo. No sé si el mundo está preparado para alguien como él… porque, no sé si debo decirlo, pero pienso que es lo mejor que le ha pasado al cristianismo, después del propio Jesucristo.

Dicto sentencia

  • No le molesta que la gente aquí le asocie a It Never Rains In Southern California, porque “fue la primera canción mía que la gente conoció en España” y considera que “no es ni antigua, es como los árboles a los que nunca se les caen las hojas”.
  • Recuerda que pasó muchas navidades solo por el mundo, “y, a veces, hasta muerto de hambre”. Admite que lloró bastante, “pero es parte de lo que ha sido mi música”.

En el nº 2.993 de Vida Nueva


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