Setsuko Thurlow, la superviviente de Hiroshima que pidió al Papa apagar “el fuego nuclear”

  • La Premio Nobel llega a Madrid de la mano de Justicia y Paz para concienciar contra la proliferación nuclear
  • Participará en la Fundación Pablo VI en el encuentro ‘Hacia un mundo sin armas nucleares’

De la mano de Justicia y Paz, la Fundación Pablo VI, de Madrid, acoge el próximo 27 de febrero el testimonio de Setsuko Thurlow, superviviente del bombardeo atómico de Estados Unidos sobre la ciudad nipona de Hiroshima en 1945, y cuyo papel decisivo en la creación del histórico Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares –una de cuyas principales defensoras ha sido la Iglesia católica–, en julio de 2017, la llevó a recoger en diciembre de ese año el Premio Nobel de la Paz en nombre de ICAN, la Campaña Internacional para abolir este tipo de armas.



De hecho, la Iglesia tuvo un destacado papel en las negociaciones de este Tratado, firmado por 122 estados, entre ellos el Vaticano, lugar donde, cuatro meses después de su firma, se promovió el simposio “Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares y un desarme integral”, en el que participación de 11 premios Nobel de la Paz, dirigentes de la ONU y de la OTAN y diplomáticos representantes Rusia, Estados Unidos o Corea del Sur.

En él, el Papa advirtió sobre los “catastróficos efectos humanitarios y ambientales de cualquier empleo de dispositivos nucleares”, cuestión sobre la que volvería en dos años después, en su significativo viaje a Hiroshima y Nagasaki, donde el Pontífice calificó de “inmoral la posesión y el uso de la energía atómica para fines de guerra” e hizo un llamamiento contra la proliferación de su uso. “El uso de energía atómica para fines de guerra es inmoral, así como la posesión de armas nucleares es inmoral”, dijo entonces el Papa.

Grupos de sensibilización

Fruto de ese impulso, movimientos como Justicia y Paz están promoviendo grupos de trabajo para sensibilizar contra el uso de armas nucleares, y esta es la razón del encuentro en la Fundación Pablo VI con la ‘hibakusha’ (superviviente) Setsuko Thurlow.

En un emotivo gesto al que se brindó el Papa en una audiencia general en marzo de 2019, Thurlow pidió a Francisco apagar definitivamente la llama del “fuego nuclear”, por lo que Bergoglio sopló sobre una llama sacada de las cenizas del bombardeo de Hiroshima que contenía una pequeña lámpara.

Thurlow es una de los cerca de 200.000 supervivientes de aquella bomba atómica que quedan aún vivos y aquellos recuerdos “de destrucción y muertes grotescas y masivas” que vivió en primera persona, con 13 años, siguen hoy provocándole un profundo dolor, por lo que no ha cejado de compartir su experiencia para concienciar del peligro que supone para los seres humanos la proliferación de este tipo de armamento.

Noticias relacionadas
Compartir