El Papa quiere que el catecismo considere “inmoral” el uso y posesión de armas nucleares

  • En el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Tailandia y Japón, Francisco se muestra además contrario al uso de la energía atómica para fines civiles por el riesgo de “accidentes”
  • Pide que los países del Consejo de Seguridad de la ONU renuncien a su derecho de veto y celebra que el último escándalo financiero de la Curia fuera detectado por el propio Vaticano
  • Consulta toda la información sobre el viaje del papa Francisco a Tailandia y Japón

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El papa Francisco quiere actualizar el catecismo para que se considere “inmoral” tanto el uso como la posesión de armas nucleares. Lo dijo este martes durante la conferencia de prensa que mantuvo con los periodistas que le acompañaron a bordo del avión que le llevó de vuelta a Roma tras concluir su viaje a Tailandia y Japón.

El Pontífice explicó lo “conmovedora” que le resultó la visita a Hiroshima y Nagasaki, las ciudades niponas víctimas de las bombas nucleares lanzadas por Estados Unidos en 1945, y advirtió sobre los peligros que supone la posesión de estas armas, porque “un accidente” o “la locura de uno puede destruir la humanidad”.

En los alrededor de 40 minutos que duró su conversación con los reporteros, Jorge Mario Bergoglio también se expresó en contra del uso de la energía atómica para fines civiles. “Yo no usaría la energía nuclear hasta que no tengamos una seguridad total de su utilización”, comentó, recordando las terribles consecuencias del desastre de la central ucraniana de Chernóbil en 1986. “Yo me freno en la seguridad. Tenemos que seguir investigando”.

Encíclica en proyecto

Al ser preguntado sobre la posibilidad de que escriba una encíclica sobre la no violencia, Francisco reconoció que “está en proyecto”, aunque le tocará culminarla al “próximo Papa” porque a él “no le da tiempo”. Adelantó no obstante que le gustaría que los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renunciaran al derecho de veto, pues “sería bonito que todas las naciones fueran iguales en un equilibrio mundial”.

El Pontífice no evitó ninguna de la preguntas que le formularon y afrontó el último escándalo financiero que ha sacudido la Santa Sede: la investigación por parte de la Fiscalía vaticana de las supuestas irregularidades cometidas durante la compra de un edificio en un lujoso barrio de Londres con fondos de la Secretaría de Estado.

Filtros internos

El pasado octubre el semanario L’Espresso desveló que la Fiscalía considera sospechosos de los delitos de “malversación, estafa, abuso de poder y blanqueo de capitales” a cinco funcionarios de la Curia romana. Entre ellos están Tomasso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información Financiera (AIF), y el sacerdote Mauro Carlino, antiguo secretario personal del arzobispo Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018 y hoy cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Francisco insistió en la presunción de inocencia de los cinco investigados, que se encuentran suspendidos temporalmente de sus cargos, y celebró que la alarma por la operación sospechosa surgiera de manera interna. “Significa que hoy la administración vaticana tiene los recursos para esclarecer las cosas feas que suceden dentro de ella”, destacó, considerando que estos filtros son fruto de la reforma económica iniciada ya durante el pontificado de Benedicto XVI.

Casos de corrupción

También se refirió al nombramiento del sucesor de René Brülhart, que el pasado 18 de noviembre cesó como presidente de la AIF. Anunció que al frente de este organismo instituido para luchar contra el blanqueo de capitales estará ahora “un magistrado de altísimo nivel financiero nacional e internacional” que será nombrado tras su regreso a Roma.

A una pregunta sobre el uso de los fondos del Óbolo de San Pedro, Bergoglio defendió que se hace una “buena administración” al llevar a cabo “una inversión de viuda: dos huevos acá, tres acá y cinco ahí. Si se cae uno, hay otro. Siempre a lo seguro y siempre moral”. Consideró que la “mala administración” consistiría en dejar el dinero “en el cajón” y reconoció que con la polémica operación de la compra del inmueble de Londres “hay cosas que no parecen limpias”. “Allí había casos de corrupción”, comentó más adelante.

Miedo por Chile

En su comparecencia ante los medios no profundizó sobre las protestas ciudadanas en Hong Kong contra el Gobierno chino y reconoció que “son varios los países que tienen problemas”, entre los que citó a España, Francia o Nicaragua. “Yo pido la paz para todas esas naciones”. Respecto a los disturbios en América Latina, no se consideró capaz de realizar “un análisis total”, pero sí que dedicó unas palabras a Chile.

Comentó que le da “mucho miedo la situación” porque “sale de un problema de abusos que nos hizo sufrir mucho y ahora este problema que no entendemos bien. Tenemos que buscar el dialogo y hacer un análisis sobre la situación”, algo que él aún no ha encontrado.

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