El Papa pide, en el Día de la Fraternidad Humana, transformar “las sombras de la injusticia” en el brillo de la amistad social

Francisco festeja hoy el quinto aniversario del Documento sobre la Fraternidad Humana escrito a cuatro manos junto al gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib

Día Internacional de la Fraternidad Humana. Reconocido hasta por la ONU por el impulso del papa Francisco. Hoy se cumplen cinco años de la redacción del Documento sobre la Fraternidad Humana, firmado en Abu Dabi a cuatro manos por el propio Pontífice y el gran imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyib. Y, por ello, se ha entregado también el V Premio Zayed para la Fraternidad Humana.



En esta ocasión, los tres ganadores conjuntos son las Organizaciones Nahdlatul Ulama y Muhammadiyah de Indonesia, Magdi Yacoub de Egipto y la Hna. Nelly Leon de Chile.

Para felicitarles y celebrar este día, Jorge Mario Bergoglio ha enviado un mensaje al secretario general del Premio Zayed, Mohamed Abdelsalam, que fue leído durante la ceremonia por el cardenal prefecto del Dicasterio para Diálogo Interreligioso, Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ.

Ausencia de solidaridad

“Es alentador ver que el camino de diálogo, compañerismo y estima mutua que comenzó en Abu Dabi hace cinco años sigue dando frutos. En particular, deseo renovar mi agradecimiento a Al-Tayyib y a Mohamed bin Zayed Al Nahyan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos, por su apoyo vital a las iniciativas destinadas a promover los valores ​de fraternidad y amistad social fundada en la verdad de que todos los seres humanos no solo son creados iguales sino que están intrínsecamente conectados como hermanos y hermanas, hijos de nuestro único Padre en el cielo”, señala Francisco en su mensaje.

Al mismo tiempo, “no podemos dejar de reconocer los efectos de una ausencia de solidaridad fraterna que los hombres y mujeres de todo el mundo y nuestra Casa común sienten con demasiada intensidad. El impacto negativo de la destrucción ambiental y la degradación social continúa causando un sufrimiento inmenso a un gran número de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo”, dice el Papa.

“Qué oportuno -continúa- llamar la atención sobre los principios que pueden guiar a la humanidad desde las sombras oscuras de la injusticia, el odio y la guerra hacia el brillo de una comunidad mundial marcada por esos valores que vemos manifiestos en los variados esfuerzos de los galardonados de este año”.

Luz en el camino

Citando a los tres premiados, el Pontífice destaca su “amor tolerante hacia los que son diferentes, un cuidado genuino por los pobres y los enfermos, especialmente los niños, y el deseo de ayudar a la rehabilitación de los presos y su reintegración a la sociedad”. “Todos los destinatarios conjuntos, a su manera, arrojan una luz importante sobre el camino hacia una mayor solidaridad social y un amor fraterno”, agrega.

Sin embargo, “ningún esfuerzo individual o humano por sí solo puede hacer avanzar este camino”. Por ello, “mi oración es que todos los que participan en el Día Internacional se sientan alentados no solo por el ejemplo de las buenas obras de los premiados sino también por las ideas y creencias religiosas que inspiraron en ellos tanta generosidad de corazón”, subraya.

Noticias relacionadas
Compartir