A pie de calle

Ianire Angulo Ordorika
Profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola

Próxima estación: Esperanza

La casa en la que me alojo cuando me tengo que quedar en Madrid, que últimamente es con mucha frecuencia, está en la línea 4 del metro, que tiene una estación llamada ‘Esperanza’. Os confieso que en más de una ocasión he estado tentada de pasarme de parada para poder escuchar eso de: “Próxima estación:

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No te lo esperas si no esperas

Cada vez estoy más convencida de que solo hace falta estar atenta a lo que sucede alrededor para descubrir pistas y gestos que nos ayuden a vivir. Muchas veces hasta las paredes hablan y nos regalan mensajes. Eso me pasó el otro día en una calle de Granada en la que encontré una pintada que

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Saborear con intensidad

Hace unos días que estuve compartiendo el día con una comunidad de Granada. Algunos miembros de ese grupo cristiano eran sordos y, a mi lado, tenía a una traductora a lenguaje de signos que iba convirtiendo mis palabras en gestos, movimientos y vocalizaciones sin sonido con una expresividad asombrosa. La presencia de Luisa junto a

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Dios quiere que seas tú mismo… y nada más

Hay personas que desearían pasar desapercibidas. No me refiero a esa gente “gris” que, por no destacar ni por encima ni por debajo de los demás, por no ser ni demasiado revoltosos ni demasiado brillantes, pasan inadvertidos para quienes los tienen a su cargo. No, me refiero a aquellos que, porque no se quieren lo

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La otra ruta

Una de mis rutinas cotidianas es subir caminando a la Facultad donde trabajo. Es un paseíto que disfruto cada mañana y que, además, evita que me anquilose demasiado. El caso es que el otro día llovía y, en el momento en que pasaba junto a la parada, apareció el autobús que lleva a mi destino.

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Jesús fue un friki del Reino de Dios

No tengo ningún reparo en confesarme como una ‘friki’ de la Biblia, por eso me puse tan contenta cuando la Real Academia de la Lengua introdujo este término en el diccionario. En su tercera definición afirma que el adjetivo denomina a una “persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición” y, ciertamente, me siento muy identificada.

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El silencio: apuesta por la concordia

No os voy a negar que, con la que está cayendo, me siento bastante tentada de escribir sobre la cuestión política y social que estamos viviendo en estos días. Se queda solo en “tentación”, porque creo que tengo muy integrada una de esas normas no escritas que una aprende de pequeña: para mantener la armonía

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“Quien no sepa de sótanos, que no me hable de balcones”

Cada vez estoy más convencida de que la sabiduría se esconde en lo cotidiano y que basta con estar un poco atenta para reconocer sus huellas a pie calle. Cualquier rincón es bueno para asomarse y dejarse ver, incluso un cubo de basura. El otro día vi en uno de ellos una pintada que decía: “Quien

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¿Cuál sería mi tatuaje?

Soy una lectora compulsiva. Me encanta leer y siempre tengo más de un libro empezado. Siento una inquietante atracción hacia cualquier palabra escrita, hasta el punto de resultarme realmente complicado no lanzarme a leer cualquier texto que se encuentre a mi alcance. Como podrán imaginar, esto resulta un poco incómodo en el metro, cuando tengo

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Estrellas

Aunque en la calderilla de la vida cotidiana es donde nos jugamos lo importante, a veces necesitamos ocasiones para pararnos, contemplar lo vivido y dejar que el agradecimiento se transforme en deseos renovados acoger el sueño de Dios. Eso es lo que pude compartir el otro día en Valencia al festejar la profesión perpetua de

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