José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Carta a los párrocos: las tres recomendaciones del Papa


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Durante más de 30 años implementé planes de pastoral diocesanos. ¿La principal dificultad para ponerlos en operación? No era si se consultaban a la hora de su elaboración poco o mucho; si se acudía o no a instrumentos científicos; si eran a mediano o largo plazo. El principal obstáculo siempre fueron y han sido los párrocos.



Ya porque se nos acusa a los autores de haberlos creado desde el escritorio, lejos de la realidad; o porque representan una carga adicional de trabajo, a agendas ya de por sí saturadas; y porque -insisten los renuentes a aplicarlos- necesitamos confiar más en el Espíritu Santo y menos en los sociólogos pastorales, el hecho es que, en casi la mitad de los casos, terminaban por ocupar un estante en el librero de alguna notaría parroquial.

Es por ello, creo, que Francisco de Roma convocó a 200 párrocos de todo el mundo, del pasado 28 de abril al dos de mayo de este año, para participar en el Encuentro Internacional ‘Párrocos para el Sínodo’. El Papa es consciente de una realidad: si los párrocos no asumen como suyo el proceso sinodal, este terminará por ser un documento más, sin impacto real en las pastorales concretas.

Un grupo de sacerdotes, en audiencia con el papa Francisco

Un grupo de sacerdotes, en audiencia con el papa Francisco

En su clausura, les ha dirigido una carta con tres recomendaciones interesantes. Veámoslas.

  1. Valorar los multiformes carismas de los seglares. Y es que, en no pocas ocasiones, los párrocos consideran que frenar y no alentar es su misión, por lo que los laicos no son impulsados para explotar todas sus potencialidades.
  2. Aprender y practicar el arte del discernimiento comunitario, lo que exige de los pastores una nueva actitud: la que no se contenta con repetir las prácticas pastorales que, sí, quizá han sido exitosas en otras épocas y contextos, pero que necesitan ser transformadas.
  3. Ser hijos y hermanos, para poder ser auténticos padres. El llamado a los párrocos es claro: si no viven la filiación con su obispo, y la fraternidad con sus hermanos presbíteros, los curas no podrán ejercer la natural paternidad espiritual con sus fieles.

Servicio, discernimiento y fraternidad, son las cualidades de los nuevos párrocos, misioneros de la sinodalidad.

Pro-vocación

En el rito para la ordenación de los presbíteros, al presentar a los candidatos, el obispo pregunta al rector del seminario: “¿sabes si son dignos?”, a lo que el presentador responde: “… después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados dignos”. Medio en broma y en serio, los seminaristas dicen que su superior está contestando de esta manera en los últimos años: “después de consultar… es lo que hay, señor obispo”. Las autoridades electorales mexicanas nos harán la misma pregunta, el próximo dos de junio: “¿Te parecen buenas las candidaturas a la presidencia?”, y responderemos: “… es lo que hay”.