Tres desafíos para construir una Iglesia sinodal en España: consejos pastorales y económicos obligatorios, elección participativa de obispos y el diaconado femenino

Asamblea sinodal celebrada en la Conferencia Episcopal Española en mayo de 2024

Consejos pastorales y económicos obligatorios en las parroquias, elección participativa de los obispos, mecanismos de evaluación para los pastores, el diaconado femenino, acogida de distintas orientaciones sexuales…. Son algunas de las aportaciones más significativas que recoge el borrador de documento presentado hoy en la asamblea promovida por la Conferencia Episcopal para enviar las aportaciones de la Iglesia española a la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad que se celebra en octubre en Roma.



El texto, elaborado con las sugerencias de 54 de las 69 diócesis españolas, además de otras 20 realidades eclesiales, fue expuesto por las laicas Dolores García Pi y Olalla Rodríguez. El secretario del Equipo Sinodal de la Conferencia Episcopal Española, Luis Manuel Romero, aclaró que se trata de una propuesta de síntesis aún abierta a nuevas sugerencias durante los próximos días y que servirá para conformar el ‘instrumentum laboris’ del Sínodo de la Sinodalidad.

Adiós al cristianismo sociológico

Según expusieron desde el equipo sinodal español, las dos principales cuestiones que subrayaron como prioritarias son el primer anuncio con lo que implica en materia de iniciación cristiana, así como la opción preferencial por los pobres.

De forma explícita, el borrador insta a “fortalecer los aspectos de la iniciación cristiana supone pasar de un ‘cristianismo sociológico’ a una fe en Jesús descubierta”.  “Es una tarea de todos los miembros de la comunidad, de todo el Pueblo de Dios y no sólo del sacerdote”, se subraya, especialmente en lo que se refiere a la catequesis de los niños. Además, se reivindica un cambio en el “lenguaje” de las celebraciones de los sacramentos, sobre todo de la misma, para que “de verdad sea alimento”.

Denunciar la pobreza

Esta síntesis subraya la apuesta de los pobres como “protagonistas del camino de la Iglesia”, a diferencia de documentos previos donde la mención era menos explícita. “Al igual que Jesús, la Iglesia debe denunciar las causas de la pobreza, ser valiente para levantar la voz ante situaciones de injusticia donde no se respete la dignidad de la persona”, se puede leer en el documento. Es más, se pone el foco sobre colectivos como los inmigrantes, las víctimas de explotación y abusos, quienes no tienen un trabajo digno, los ancianos y enfermos solos, los niños que no llegan a nacer…

El texto expuesto en la sede de la Conferencia Episcopal se detiene también en la cuestión de la mujer, subrayando una vez más la necesidad de abordar la posibilidad del diaconado femenino. El texto remarca el “reconocimiento de la igual dignidad que nace del Bautismo” y se valora su “contribución en la transmisión de la fe”. A partir de ahí, desde la Iglesia española se considera “prioritario” una “presencia activa en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia, en los órganos de participación, formación y decisión, así como asumiendo tareas de responsabilidad a nivel pastoral y ministerial”.

Un paso adelante

A partir de ahí, el documento enumera una batería de medidas concretas a adoptar por la Iglesia para hacer realidad la sinodalidad “simplificando estructuras y optimizar recursos”. Entre las más significativas, se pide que los consejos pastorales y económicos (tanto diocesanos como arciprestales y parroquiales) sean “obligatorios y no sólo aconsejables”. Esa medida exigiría una reformar el Código de Derecho Canónico. “Ser corresponsables exige reparto de funciones, decisiones y acciones; hablar de servicios y tareas en lugar de cargos o responsabilidades”, se deja caer. Incluso se comparte que “el pueblo de Dios sea consultado para el nombramiento de determinadas responsabilidades y servicios diocesanos, así como para los cambios de sus pastores”.

Desde esta corresponsabilidad, se plantea la revisión del procedimiento de elección de obispos “con la participación de todo el Pueblo de Dios”. De la misma manera, se apunta a “revisar el ejercicio de la autoridad, desde el servicio, la corresponsabilidad, la humildad, la sencillez, la cercanía, la caridad, más centrado en los pobres y en la comunidad”. Es más, se alerta del peligro de caer en situaciones de abuso de poder o conciencia.

Apertura y acogida

El borrador tambien recoge la necesidad de “construir comunidades abiertas y con capacidad de acogida”. A la luz de esta propuesta, se invita a “crecer en apertura y acogida a distintas realidades”. Es ahí donde se habla de diferentes colectivos como los jóvenes o los sacerdotes secularizados, las personas de “distintas orientaciones sexuales”, los migrantes, los ancianos o las personas con discapacidad…

El documento sinodal también se adentra en materia comunicativa. Así, se propone “caminar hacia una mayor información, comunicación y transparencia sobre los asuntos eclesiales”. En este ámbito, se sugiere “seguir dando pasos para estar presentes en el mundo digital, creando plataformas que nos hagan visibles en este entorno y formando personas para evangelizar a través de las nuevas tecnologías”.

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