Jose Fernando Juan
Profesor del Colegio Amorós

+Navidad


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Navidad sí, Navidad no. Como si hubiera dudas y fuera manejable. La Navidad no es cosa tan nuestra, es de Dios. Y en este tiempo, más Navidad sería la mejor expresión. Más precariedad, más intemperie, más familia. El modo como Dios escogió llegar al mundo. Más anonimato, mucho silencio con las dudas que florecen y también esa Palabra que se escucha cuando el ruido es acallado y en la noche comienza una breve luz.



El problema del mundo suele ser que juega con lo que no es suyo, para apropiárselo. Y quiere convertir en palabras manejables los acontecimientos que lo sobrepasan. Navidad es ya plurívoca, por lo tanto, queda rasgada. Navidad, nuevamente, se mueve en la indigencia y se presenta humildemente. De nuevo, como fue. Dios nació sin trompetas, sin explosiones; como hijo esperado de la humanidad de su madre y su padre. Toda la Navidad se resume en eso y las navidades varias están más o menos cercanas a este Misterio, que nunca hemos sido capaces de transparentar del todo.

Descubrir la hondura

El envoltorio es un anuncio y una enseñanza, nuestras formas personales de poner de relieve y resaltar algo importante. Pero su término, su meta y fin no está en él. A vueltas siempre lo mismo, nos enredamos en formas para llegar a la materia, en papeles para descubrir su hondura.

Este momento no fue cubierto por ningún medio del momento. Jesús nació en anonimato, casi apartado. Uno más, queriendo ser uno más y esperando caminar como todos, haciendo de sus pasos un sendero único. Jesús nació siendo mirado e incapaz de ver, para luego volver eternamente su rostro hacia todos, para dejarse mirar, como el Pequeño y Siervo de la humanidad. Y así, sucesivamente en todo aquello que sea humano. Volcar la humanidad fuera de sí, hasta lo último. Siendo lo primero dejarse acoger, tener que ser acogido, escuchado y recibido.

Más Navidad en nuestras prácticas de estos días. Viviéndonos en el mundo como extraños a él, incluso rechazados. Con la confianza de que lo más grande ocurrirá, porque Dios lo ha prometido. No vida, sino Vida. No lo nuestro sin más, sino Nueva Humanidad. No interés, sino Proximidad.

Dios naciendo crea Navidad. Lo nuestro, revivirlo, repensarlo, convocar a otros.