Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Europa sin alma, Iglesia sin pies


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A finales de marzo la Conferencia Europea de las Iglesias ha impulsado decididamente su contribución a la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CFE): el mayor diálogo ciudadano de la historia para la profundización del proyecto europeo. Ante una Europa de la que muchos decíamos que había perdido alma, se abre un amplio proceso donde reavivar y elevar el espíritu. El cristianismo tiene mucho que aportar.



Encuentro y diálogo

La CFE convoca a toda la ciudadanía del continente para ahondar en cuestiones como la justicia social, el papel de Europa en el mundo, el cambio climático o la mejora de la calidad democrática y la participación de la sociedad civil. La Conferencia Europea de las Iglesias -organización que reúne a las tradiciones ortodoxa, evangélica y anglicana– está movilizando a la Iglesia europea para aportar intensamente en esa redefinición de la Europa del siglo XXI. Está activando tanto a las conferencias nacionales como a grupos sectoriales de distintos temas; da participación a cristianos y comunidades de base, y también a organizaciones cristianas. Favorece la conversación en el interior de la Iglesia y, sobre todo, el encuentro y diálogo con el resto de europeos sobre todos esos temas vitales para la Unión y el planeta.

Una protesta contra el Brexit y a favor de la Unión Europea en Londres/EFE

Y ante ese ejercicio de sinodalidad y participación de la “otra” Iglesia europea, nos preguntamos cuál es el papel que juega la comunidad católica. ¿Cómo está convocando a las comunidades diocesanas a aportar, a organizaciones, universidades…? Quizás la baja participación laical en la Iglesia cobra un alto precio al servicio que tendríamos que prestar. Estamos lejos de la Iglesia sinodal y falla el ecumenismo. Quizás es que no estamos en algunos de los caminos donde se juega la historia. Si a Europa le falla el alma, al catolicismo nos fallan los pies.

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