Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Estado de emergencia psicológica


Compartir

Todos estamos viendo el impacto de la pandemia en la salud psicológica de la población. Los servicios psicológicos están colapsados y hay largas listas de espera para ser atendidos. Muchos están dando cita a seis meses vista para hacer el primer diagnóstico. También los servicios escolares de atención psicopedagógica se ven desbordados por la complejidad de problemas que la pandemia está provocando en los niños. Nunca se han diagnosticado tantos TDH (hiperactividad) y TDA (déficit de atención) ni de modo tan estereotipado, porque no hay medios para un mejor servicio.



Hay una emergencia psicológica general y es precisa una respuesta urgente, porque los efectos están siendo dramáticos. No solo en los conflictos familiares, sino en el consecuente aumento de las tasas de suicidio. Tanta muerte, enfermedad y miedo, la discordia política, las restricciones y el deterioro de las condiciones de vida están desgastando las mentes. En la resiliencia juega un papel crucial la capacidad para interpretar el momento histórico que estamos viviendo a la luz del propósito de la vida.

Una encuesta sobre religión y Covid realizada recientemente por la Universidad Católica de América constata cómo, durante la pandemia, “la religión está jugando un papel protector frente al aislamiento social y la soledad”, y las personas religiosas han visto atenuados los problemas de malestar psicológico. La investigación muestra que un 35% de los miembros activos del cristianismo han aumentado la frecuencia de la oración y un 19% la lectura de la Biblia o textos religiosos, y eso ha influido positivamente.

Compartir, orar y celebrar

Los centros de atención psicológica clínica vinculados a la Iglesia están haciendo un enorme esfuerzo que deberán intensificar, pero hay también una llamada a crear o reforzar espacios populares de sentido donde se escuche, converse, comparta, ore, celebre. Y las religiones aquí pueden desempeñar un papel muy positivo.

Lea más: