Catequesis 2.0 en la oscuridad de la Catedral de Toledo

La oscuridad. El silencio. Un clima envolvente para la curiosidad que ya de por sí genera colarse en un templo en penumbra después de atravesar la Puerta Llana. Una voz en off femenina acompaña la escena. “Luz, luz que ilumina, descubre y guía”. No se lo tomen como una frase hecha y un juego retórico. Encierra verdad. Así arrancan los cerca de cincuenta minutos que dura Lúmina Catedral de Toledo, la experiencia sensorial que ha puesto en marcha la archidiócesis toledana en la catedral primada de España. Luz, música y palabra que se detienen en espacios de referencia, pero también en algunos rincones que, a priori, puedan pasar desapercibidos para el turisteo de selfie y audioguía. El alma de cada escultura, de cada pintura, de la primera piedra.



Escena a escena, ‘Lúmina’ se plantea como una alternativa al acumular fotos instagrameables de enclaves históricos, solo para completar metas volantes. Porque cada una de las proyecciones marca un tiempo de contemplación de vista y oído. Invitación a detenerse y admirar. Sin margen de maniobra para rebobinar, acelerar en modo WhatsApp o hacer zapping para cambiar de canal. La oportunidad de dejarse llevar por una locución, una melodía y unas proyecciones que saben a misterio para entrar en el Misterio.

Porque cada alocución que se escucha es una catequesis que va más allá de una descripción meramente artística o histórica. La intrahistoria de la fe de un pueblo. Sea en el altar mayor, en la capilla del baustimo, en la Capilla de la Descensión fundada por Enrique II, que es el verdadero origen de la catedral.  Todo envuelve a aquel que se apunta al viaje. “Lo transporta para descubrir la esencia misma de este enclave”, asevera el deán de la catedral, Juan Pedro Sánchez Gamero, que remata con tino un proyecto por el que supo apostar con algo más que acierto y visión de futuro su predecesor, Juan Miguel Ferrer.

Con la técnica del video mapping para que los relieves y los lienzos cobren vida, para que cada adoquín y cada columna aprendan a moverse, con varios clímax según el instante vital del visitante. Impactante situarse ante el Transparente de Narciso Tomé. Asombro bajo las bóvedas, que se transforman en ventanas al mundo. Y disfrute ante la Puerta de los Leones, que verdaderamente se abre al don de Dios.  Un despliegue de animación sobre superficies reales para alcanzar un dinamismo que sabe conjugar el respeto por el espacio sagrado con un movimiento generado que, lejos de distraer, centra.

Respeto absoluto

Hasta 23 proyectores de última generación mimetizados en el espacio y más de dos kilómetros de cableado que saben esconderse para no dañar entorno alguno. Fue una obsesión del equipo de Meraki Cultura Audiovisual, la empresa toledana que está detrás de esta iniciativa. “Hemos seguido dos premisas fundamentales: el respeto absoluto al templo, pues se trata de un lugar sagrado, y a la conservación de su patrimonio cultural”, asevera Alfonso López Rivera, director del proyecto y gerente de Meraki. Misión cumplida. Y todo, bajo criterios de sostenibilidad medioambiental. De hecho, ha sido Lúmina la que ha propiciado sustituir la iluminación tradicional por tecnología led que reduzca la huella de carbono.

Lea más:
Noticias relacionadas
Compartir