La Santa Sede y Kazajistán firman un acuerdo para facilitar el trabajo de los misioneros

El documento suscrito mientras el Papa visita este país centroasiático pretende facilitar “la concesión de visas y permisos de residencia al personal eclesiástico y religioso proveniente del extranjero”

Kazajistán

En el marco de la visita que el papa Francisco está realizando a Kazajistán, donde permanecerá hasta este jueves, hoy se firmó un importante acuerdo entre la Santa Sede y las autoridades de este país centroasiático que pretende impulsar el trabajo de la comunidad católica local y facilitar la llegada de misioneros desde otros países. Menos del 1% de los 18 millones de kazajos son fieles a la Iglesia de Roma, siendo el islam la religión mayoritaria entre la población.



El acuerdo fue firmado por el secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, el arzobispo británico Paul Richard Gallagher, que acompaña al Pontífice en su viaje a Kazajistán, y por el viceprimer ministro y encargado de la cartera de Exteriores del país centroasiático, Mukhtar Tileuberdi. El documento fue suscrito en una ceremonia celebrada en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores de la capital kazaja, Nursultán.

Según informó el Vaticano en un comunicado, este texto apoyado por ambas partes profundiza en el acuerdo bilateral existente entre la Santa Sede y Kazajistán desde 1998. “Facilita la concesión de visas y permisos de residencia al personal eclesiástico y religioso proveniente del extranjero y que se dedica al cuidado pastoral de los fieles católicos de Kazajistán”, puede leerse en la nota.

Consolidar los vínculos de amistad

Aunque no se hizo público el contenido del acuerdo, se informó además de que éste consta de un preámbulo y de ocho párrafos, con los que “se consolida ulteriormente los vínculos de amistad y de colaboración existentes entre las dos partes”. Los cambios que introduce el documento entrarán en vigor después de que sean ratificados por ambos Estados.

En un encuentro con medios el pasado mes enero, José Luis Mumbiela, obispo de la diócesis de la Santísima Trinidad en Almaty, la ciudad más poblada y antigua capital del país, explicó que la Iglesia local tiene “poco practicantes y es pequeñita, pero está viva y crece”. Este proceso puede verse impulsado por las nuevas facilidades que ponen las autoridades para la evangelización por parte de misioneros llegados desde otros país.

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