Desatascado el polémico documento sobre la homosexualidad del Sínodo alemán

Si la cuestión de la homosexualidad generó tensiones en el primer día de la cuarta asamblea del Camino Sinodal alemán; la segunda jornada, la de este viernes 9 de septiembre, ha terminado de forma más serena con la aprobación del segundo borrador con propuestas para “reevaluar la homosexualidad en la Iglesia”. El 92% de todos los delegados y el 83% de los obispos presentes en el aula han votado a favor lográndose una amplia mayoría que hace que el nuevo texto prosiga su camino hasta la votación definitiva, previsiblemente, en la quinta asamblea. Antes de esta votación, según informan desde la organización los obispos se retiraron en privado para realizar una consulta interna sobre el nuevo borrador.



En el documento se mantienen algunos puntos de acuerdo como la exigencia una reevaluación de la homosexualidad en la Iglesia Católica. “La homosexualidad no es una enfermedad” se lee en el texto aprobado en el que se entona el ‘mea culpa’ al confesar que la Iglesia ha causado sufrimiento a las personas homosexuales a través de su enseñanza y su acción pastoral.

En este segundo borrador, que reconoce que el magisterio actualmente vigente, según el cual la homosexualidad practicada es pecado, sólo puede ser modificado de forma vinculante por el Papa o por un concilio. Si bien, reclama cuestiones como que a ninguna persona se le deba negar el cargo eclesiástico o la ordenación sacerdotal a causa de su homosexualidad.

Mejórales laborales

Una exclusión que también se ha recogido el siguiente borrador estudiado en la asamblea, el relacionado con la situación laboral y las normas empleadas por la Iglesia en Alemania. El Camino Sinodal se ha mostrado favorable a acomodar el derecho laboral de la Iglesia a los requisitos habituales de la sociedad civil. Esto implica que “el estado civil personal no debe tener ninguna relevancia para el empleo o la permanencia en el servicio eclesiástico” no siendo una causa de despido o de sanciones el hecho de ser una persona divorciada que se ha vuelto a casar o tener una pareja del mismo sexo.

La Conferencia Episcopal ya había asumido en la práctica respetar “especialmente la vida de pareja y la intimidad” de los empleados. Y es que la Iglesia es responsable laboralmente de unos 790.000 empleados. El documento también pide una forma distinta de fijar los salarios ya que, hasta ahora, por una serie de prerrogativas que tienen las Iglesias alemanas –y que ha sido cuestionado por la Unión Europea–, los salarios se negocian en órganos separados sin sindicatos, no hay cierres patronales ni huelgas. El texto ha sido aceptado con el 95% de los votos y la mayoría requerida del obispo.

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