Tribuna

Occidente, no apartes la mirada de los que mueren en África por llegar a tu “paraíso”

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Mi nombre es Milagros García López, soy religiosa adoratriz y comparto mi vida con otras dos hermanas en la isla de San Vicente, en Cabo Verde. Caminamos en misión compartida junto a un equipo de laicos que vive la fe desde nuestro carisma.



Llegué a Cabo Verde hace seis años, pero la congregación está realizando la misión aquí desde 2009, cuando empezó la labor en Mindelo (en la isla de San Vicente). En estos tres últimos años nos hemos extendido a dos islas más: Sal y Santiago.

Con las víctimas de la trata

El Programa Kreditá na bo, el que en estos momentos llevamos a cabo en dichas islas, quiere configurarse como respuesta a un colectivo que, desgraciadamente, no deja de crecer, pues se inserta en una realidad social particular, difícil y que requiere un tratamiento especializado. Estoy hablando de mujeres víctimas de la trata con fines explotación sexual y adolescentes en grave riesgo de exclusión y prostitución.

La República de Cabo Verde es un país insular localizado en un archipiélago formado por diez islas volcánicas en la región central del Océano Atlántico. Se sitúa a cerca de 570 kilómetros de la costa de África Occidental. Hasta hace unos años, este solo era un país donde su población emigraba. Y, de hecho, lo sigue haciendo a distintos puntos del globo terrestre. Pero, en estos últimos años, se está convirtiendo en un país de llegada de cientos de migrantes que quieren pasar a España a través de las islas canarias y, de ahí, a la península. La mayoría son de Senegal, Mauritania, Congo, Nigeria.

Venían más de 80 personas

Son muchos los migrantes que están intentando llegar y que, en la dura travesía, están dejando sus vidas en el mar o por el desierto. Este lunes 4 de marzo, en la isla de San Vicente, apareció, en la playa de Calhau, una piroga (como aquí llaman a lo que en otros sitios son pateras o cayucos), con diez personas, la mitad vivas y la otra mitad muertas, aunque, por desgracia, al día siguiente murió otra en el hospital. Por lo visto, venían más de 80 personas que han desaparecido en el mar.

El día 6 ha llagado otra piroga y, esta vez, gracias a Dios, con 11 sobrevivientes. Los traía un barco que los dejó en una pequeñísima embarcación a la deriva. Al llegar a Mindelo, creían haber llegado a España… Las edades comprendidas están entre los 16 y los 25 años.

También en Mauritania

Ya el domingo 3, todos nos sobrecogimos cuando recibimos un vídeo grabado en las costas de Mauritania. En él se veía a una gran cantidad de migrantes en la playa. algunos de ellos estaban muertos. Esas imágenes las tomaron los Hermanos Espiritanos, responsables de Cáritas parroquial de Nouedhibou, al norte de Mauritania, junto a la frontera con Sahara occidental.
Muchas son las mafias que se aprovechan de tantas personas marcadas por su vulnerabilidad: se ven desesperadas por la falta de recursos, por persecuciones… No podemos echar la mirada a un lado porque son cientos de seres humanos los que están muriendo.

África es un continente que parece que no existe a los ojos de Occidente. Estas muertes no son noticia y por desgracia ni llegan a Europa. Parece que ya estamos acostumbrados a ver pateras que llegan a nuestras costas españolas, pero sin hacer conciencia de lo que lleva a estas personas a meterse en una patera aun sabiendo que están arriesgando su vida.

Explotado y violado

África es un continente precioso y con recursos para que ellos pudieran vivir y, sin embargo, es explotado y violado en todos sus derechos. Y lo peor es que eso lo hacen sus mismos gobiernos.

En Cabo Verde, desde la Iglesia, como desde otros organismos civiles, se está trabajando en ello. Hace unos años, el Gobierno creó un ‘Observatorio contra el tráfico humano’. Pero siguen faltando leyes y que las autoridades respondan a esta barbarie. Desde el área de Migrantes de la Diócesis de Mindelo, estamos haciendo acciones para visibilizar este gran problema que nos afecta a todos. Os pedimos que os unáis, desde la oración y la denuncia, a ser voz de tantos que no tiene voz.


*Milagros García López es una misionera adoratriz española en Cabo Verde.