El sacerdote Patrick Murphy, director de la Casa del Migrante de Tijuana (en el estado mexicano de Baja California) junto con la organización civil Coalición Pro-Defensa del Migrante, instaló un altar de muertos en el muro fronterizo entre México y Estados Unidos.
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El objetivo -explicó- fue recordar en el ‘Día de los fieles difuntos’, este 2 de noviembre, a los casi 10 mil migrantes muertos de 1994 a la fecha, al intentar cruzar la frontera en busca del llamado ‘sueño americano’.
El sacerdote abundó que la instalación del altar es para “recordar que todos somos seres humanos y algún día podemos pasar este camino, y como la tradición en la Iglesia Católica es rezar por los muertos, queremos rezar por los obligados (a migrar), las cruces representan la gente que se mueve”.
Cada vez es más peligroso cruzar a Estados Unidos
El padre Murphy, de origen norteamericano, explicó que si bien para algunas personas migrantes hay posibilidad de asilo en Estados Unidos, no es así para todos:
“Creo que hace algunas semanas hubo una junta del presidente de México, Andrés Manuel López, con representantes de los países de Latinoamérica, donde curiosamente no estuvo Estados Unidos, pero tienen que trabajar a nivel regional para hallar soluciones a fin de que nadie se sienta obligado a cruzar y busquen otras soluciones en sus lugares (de origen)”.
Destacó que “cada vez es más peligroso ser migrante en la frontera” y es que “muchos vienen buscando el ‘sueño americano’, y el sueño se convierte en pesadilla de morir en la frontera” pues “les van a cobrar más dinero y si no pagan, les van a cobrar de otra forma”, lamentó.
