La Comunidad de las Bienaventuranzas afronta los abusos cometidos en el pasado

Un libro con motivo del 50 aniversario de la entidad busca el perdón y pasar página tras dolorosos episodios que acusan a su fundador y a numerosos sacerdotes

La Comunidad de las Bienaventuranzas es una de las muchas iniciativas apostólicas que surgió en la ciudad francesa de Blagnac hace ahora 50 años al calor del impulso conciliar. Con motivo de este aniversario se ha publicado un libro en el que se pone de manifiesto la incapacidad de la comunidad para hacer frente a los problemas que la han empañado en los últimos años según recoge Franceinfo.



Fundador apartado

Esta comunidad cuenta con 760 miembros repartidos en 51 fundaciones de 27 países y es considerada, desde 2020, como una “familia eclesial de vida consagrada” según la denominación dada por el arzobispo de Toulouse. Los abusos comenzaron a ser una cuestión pública dentro de la comunidad tras una publicación en ‘La Croix’ en enero de 2023 sobre el sacerdote asistente del presidente de la comunidad contra quien había denuncias de diez víctimas. Antes había sido acusado también uno de sus líderes, el religioso Georges Silva o incluso el fundador Gérard Croissant, conocido como Hermano Efraín, sospechoso de abusos y manipulación mental que fue secularizado en 2007 y obligado a dejar la comunidad.

“50 años son muchas luces, pero también muchas sombras. Por desgracia, los caminos que hemos tomado también incluyen desvíos que habríamos preferido evitar. Hay picos y valles, pasos estrechos y amplios espacios abiertos, altos y bajos” se lee en el libro conmemorativo titulado “Ayer hoy”. La presidenta de la comunidad, la religiosa Anna Katharina, también pide “perdón por los excesos que se han producido en el seno de nuestra comunidad, los abusos y todo aquello que ha herido profundamente a quienes debíamos cuidar. Perdón a todos los que han sufrido”.

Para la delegada general de la Comisión de Reconocimiento y Reparación de víctimas, Anne de Richecour, este perdón a través del libro “no será comprendido por quienes han sufrido abusos” y reclama la necesidad de una “transparencia real”. “Es una pena para las víctimas de las Bienaventuranzas, porque no tendrán ningún apoyo”” lamenta de Richecour sobre el hecho de la comunidad no forme parte de esa comisión “Necesitamos reconstruir la confianza si queremos seguir existiendo”, reitera. 

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