Los agustinos rinden cuentas y publican su primer informe sobre abusos en España: 28 menores desde 1949

La Orden de San Agustín ha hecho un estudio sobre los casos que se han dado en las últimas décadas y en qué estado se encuentran las denuncias

Los agustinos acaban de publicar su primer informe sobre abusos sexuales a menores en España. De esta manera, la Orden de San Agustín analiza este fenómeno en la Provincia de San Juan de Sahagún (la única que la congregación tiene en España y que aúna las cuatro que la formaban hasta 2020), haciendo un ejercicio de transparencia que pone a las víctimas en el centro de su preocupación.



“El punto de partida es la petición de perdón por los errores cometidos en el pasado, el compromiso en el acompañamiento a las víctimas y la adopción de medidas preventivas que eviten que estas situaciones se repitan en un futuro”, asegura la Orden.

El documento recopila los abusos de los que los agustinos tienen constancia desde 1949: un total de 28 menores de los que 25 eran niños, “2 niñas y en un caso no se sabe, porque sólo aparece una alusión a abuso a un menor, sin especificar”. Además, el informe apunta que “de los 25 niños abusados, ocho lo fueron por agustinos ahora vivos”.

Denuncias

Del mismo modo, la orden explica que se abrió procedimiento canónico en 14 denuncias, nueve de las cuales terminaron con la imposición de sanciones; tres fueron archivadas por el Dicasterio de la Doctrina de la Fe; y dos están en fase de investigación previa. Además, se abrió procedimiento canónico en 13 denuncias, pero en 10 de ellas “el religioso había ya fallecido cuando la Orden tuvo conocimiento de los hechos”.

Por otro lado, en los agustinos explican que en tres casos hubo “un procedimiento penal que terminó en sentencia condenatoria a un religioso”. En el resto de las denuncias, sin embargo, “no hubo procedimiento civil del que tengamos constancia”.

Estas denuncias por abusos sexuales afectan a 16 agustinos, 12 de los cuales eran sacerdotes, dos no estaban ordenados y de dos “se desconoce la situación”. “De ellos, 10 ya han fallecido, uno salió de la Orden, cuatro son agustinos vivos y de otro se desconoce su situación”, apunta la Orden. Uno de ellos “fue juzgado civilmente y condenado a pena de privación de libertad”.

Asimismo, los agustinos recogen en este informe también los casos de abusos cuando el victimario estaba de algún modo ligado a la Orden. En este sentido, ha habido 10 denuncias desde la década de 1980, en las que siete eran profesores, un monitor de tiempo libre, un conserje y otro era responsable de actividades deportivas.

Reparación y prevención

En cuanto a la forma de tratar con las víctimas, la Orden de San Agustín ha decidido “tratar las reparaciones caso a caso. Nuestro objetivo, siempre, es la compensación moral y la ayuda a la sanación y tratamiento en los casos en que sea necesario”.

Asimismo, en el ámbito de la prevención subrayan que “existe un secretariado de protección de menores y adultos vulnerables, conformado por un equipo de cuatro personas y coordinados por un delegado del prior provincial”. “Existe también un buzón público, una cuenta de correo electrónico, ubicado en la página web, para recibir posibles denuncias de abuso. La cuenta (bienestardemenores@agustinos.es)”, añaden los agustinos.

Además, recuerdan que “recientemente se ha firmado un contrato de colaboración con un servicio independiente de atención a víctimas de abuso sexual, de poder y de conciencia”. A través de este servicio “se ofrece un espacio de escucha a las víctimas y se promueve encauzar soluciones desde una perspectiva de justicia restaurativa, como pueden ser acuerdos de mediación y conciliación”.

La Orden concluye el informe lamentando y condenando “los abusos cometidos en nuestra historia, así como aquellas prácticas institucionales o personales que pudieron favorecer o propiciar cualquier forma de abuso o revictimización. Pedimos perdón a las víctimas, a sus familias, a la Iglesia y la sociedad por el grave daño que miembros de nuestra Orden han causado. Reconocemos con honestidad y vergüenza la realidad de los delitos de abuso sexual de menores en nuestra historia, con el deseo sincero de una continuada conversión personal e institucional. Seguimos buscando el encuentro con las víctimas de abuso, su sanación, y renovamos nuestra disposición para escuchar y recibir denuncias, y recorrer caminos de reparación y reconciliación”.

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