Editorial

Lobos que cercan los conventos

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España cuenta hoy con unos siete mil monjes y monjas de clausura, prácticamente la mitad que hace quince años. Esto se traduce en que, solo en este último año, se han cerrado más de una veintena de conventos, tal y como desvela esta semana ‘Vida Nueva’. Haber sido la ‘primera potencia’ mundial en vida contemplativa se traduce ahora en una crisis sin parangón ante la carestía vocacional, con todos los flecos que implica: desde el drama humano que supone la disolución de cada comunidad y el traslado de los religiosos, hasta el destino del patrimonio de cada convento.



‘Cor orans’

El Dicasterio para la Vida Consagrada ha buscado asesorar y proteger este delicado trance poniendo medios a su alcance: tanto la constitución apostólica ‘Vultum Dei quaerere’ como con la instrucción ‘Cor orans’, además de otros documentos como las líneas orientativas para la gestión de los bienes.

Con una acogida favorable, lamentablemente todavía hay monasterios que se resisten, por ejemplo, a federarse y a dejarse a acompañar por voces eclesiales autorizadas, dejándose llevar por cantos de sirena que, en realidad, son lobos ávidos de saquear con sutileza cada convento que se pone a su alcance.

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