Charo Ten Soriano: “Nuestro carisma solo será atractivo si lo vivimos”

La religiosa valenciana se estrena como inspectora de las Salesianas en España

Inspectora de las Salesianas en España

María Rosario Ten Soriano (Burjassot, Valencia, 1964) es, desde el 1 de marzo, la nueva inspectora de las Salesianas en España. La religiosa valenciana asume este nuevo servicio tras haber sido nombrada, el pasado octubre, la anterior provincial como nueva vicaria general. Tras toda una vida dedicada a la pastoral juvenil, afronta este nuevo reto con la serenidad de quien sabe que “la verdadera superiora es la Virgen”, tal y como escribió Madre Mazzarello.



PREGUNTA.- 150 años después de la fundación, ¿en qué se hace visible el legado de Madre Mazzarello hoy?

RESPUESTA.- Cuando conoces la realidad internacional del Instituto es cuando tomas conciencia de cómo estamos dando respuesta a nuestro mundo. Nuestros fundadores ya fueron innovadores al ir transformando las formas de hacer y los lenguajes, a las necesidades del momento. Hoy seguimos empeñadas en dotar a los jóvenes de una educación integral y empoderarles para que ellos mismos sean constructores de su propia vida y transformadores de la sociedad. Todo, caminando junto a ellos. Desde esta clave recogemos un legado que se inició hace 150 años en Mornese.

P.- El carisma no es estático, se adapta a los signos de los tiempos. ¿Qué sigue haciendo atractivo el carisma?

R.- Nuestro carisma es muy vivo porque viveza es la juventud. Nosotras le cedemos el protagonismo a los jóvenes y confiamos en ellos. El fin lo tenemos todos claro: el anuncio de Jesús. Pero los medios han de ser actuales y los lenguajes deben adaptarse a la realidad allí donde estamos. ¿Qué hace atractivo para una joven el carisma? Que lo vivamos. Ellas deben preguntarse: ¿qué tienen estas mujeres que a mí me llena tanto?

Una casa muy grande

P.- Aunque las salesianas son la congregación femenina más numerosa, también experimentan la reducción de vocaciones…

R.- No podemos lamentarnos. Yo soy muy feliz y ojalá hubiera jóvenes que quieren ser así de felices. Nuestro instituto es una casa muy grande con una misión global. En Europa no hay tantas vocaciones como en otros tiempos, pero siempre hay una constante de jóvenes que se interrogan. Mientras, hay un florecer de vocaciones en otros países. Nos tenemos que cuestionar si debemos compartir la vida más con ellos, visibilizar más nuestra vida, o estar más presentes en los medios de comunicación… A lo mejor tienen que descubrir unas Salesianas en foros donde hoy no estamos. Confío mucho en los jóvenes, es inherente en ellos el voluntariado y la entrega a los demás. Nosotras solamente podemos compartir con ellos lo que llena nuestra vida, suscitar el interrogante a través de nuestro testimonio, el Señor hace lo demás.

P.- El Papa las visitó durante el reciente capítulo general y les pidió ser “mujeres de esperanza”. En medio de una guerra y una pandemia, ¿cómo se lleva a la práctica?

R.- Para ser mujeres de esperanza nos ayuda mucho la oración, el compartir la fragilidad con la gente y, entre todos, construir una humanidad nueva. Jesús va marcando el paso. Hay signos de esperanza, pese a que se solapan las muertes y las guerras. Soy mujer de esperanza e intento transmitirla.

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