¿Por qué a San José se le representa con una vara florecida?


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Hace unos días, aquí mismo hablaba yo de san José –por aquello de “su” año–, sobre todo de la influencia que tuvieron en su figura las tradiciones apócrifas. En concreto, mencionaba dos obras: la ‘Historia de José el Carpintero’ –centrado en la muerte del patriarca– y el ‘Protoevangelio de Santiago’, con abundantes datos sobre la “prehistoria” de Jesús, en los que, lógicamente, José ocupaba un puesto destacado.



De este último texto citaba un pasaje (IX,1) en el que se hablaba de la vara de José, de la que salía una paloma: era la señal de que José era el elegido para casarse con la joven María, que, por su edad, ya no podía continuar en el Templo de Jerusalén. Sin embargo, en la tradición es mucho más importante otro prodigio con respecto a la vara del patriarca: la vara florecida. De hecho, constituye la imagen clásica de san José en la iconografía.

Doce varas

¿De dónde procede esta imagen? Muy probablemente, de un texto de la Escritura: “El Señor habló a Moisés: ‘Di a los hijos de Israel que te den una vara por cada familia: doce varas de todos los jefes de familias patriarcales. Y escribe el nombre de cada uno en su vara. En la vara de Leví escribe el nombre de Aarón, pues ha de haber una sola rama por jefe de familia. Las depositarás en la Tienda del Encuentro, delante del Testimonio, donde me suelo manifestar a ti. Aquel cuya vara florezca es el que yo elijo. Así dejarán de llegarme las murmuraciones de los hijos de Israel contra vosotros’. Al día siguiente, cuando Moisés entró en la Tienda del Testimonio, vio que había florecido la vara de Aarón, representante de la casa de Leví: le habían brotado yemas, había florecido y había producido almendras” (Nm 17,16-20.23).

San José sagrada familia

No está claro por qué el ‘Protoevangelio de Santiago’ “cambió” las flores de la vara por la paloma. Una posible explicación quizá haya que buscarla en la importancia de la paloma en la tradición cristiana como símbolo del Espíritu Santo, conforme al episodio del bautismo de Jesús en los evangelios. Así, lo mismo que Fra Angélico, por ejemplo, pinta en su Anunciación una paloma en el rayo de luz que procede de la mano del Padre, así el ‘Protoevangelio’ habría requerido la presencia de la paloma en la vara de José en el momento de la decisión de su matrimonio con María. Aunque luego la tradición permaneciera fiel a la imagen bíblica de la vara florecida de Leví-Aarón.