“Nadie me ha hablado nunca de abusos, ni los estudiantes, ni los profesores ni tampoco los padres”, ha dicho Enrico Radice, acusado de encubrir los hechos
“Que esta petición misionera se dirija sobre todo a los crucificados de nuestro tiempo: los pobres, los débiles, los oprimidos y los rechazados por las múltiples formas de injusticia”, ha dicho