Hasta principios del mes de septiembre no se espera conocer los primeros resultados provisionales de las elecciones presidenciales en Afganistán, celebradas el 20 de agosto, las segundas desde la caída de los talibanes en 2001. Sin embargo, los dos candidatos principales –el actual presidente, Hamid Karzai, y su mayor rival, Abdullah Abdullah– ya se han apresurado a proclamarse vencedores de unas elecciones cuyo único ‘éxito’ parece haber sido la seguridad, a tenor de las valoraciones que se han hecho desde la OTAN y por parte de los observadores de la Unión Europea, que han calificado los comicios como “una victoria para el pueblo afgano”. No obstante, se registraron más de 130 incidentes durante la jornada electoral y observadores independientes han denunciado irregularidades y fraude.
En el nº 2.672 de Vida Nueva.
