¿Nunciatura?

Juan María Laboa(Juan María Laboa– Profesor emérito de la Universidad Pontificia Comillas)

“Todos esperan que el nuevo nuncio actúe como tal, supere los caprichos y busque sólo el bien común. Benedicto XVI acaba de exigir a los obispos que trabajen menos por sí mismos y más por la comunidad”

Durante el Vaticano II, muchas voces hablaron de la conveniencia de que desaparecieran las nunciaturas. Parecía más acorde con la eclesiología que fuera la Conferencia Episcopal la que tratara con el Gobierno y propusiera los candidatos para las diócesis. ¿Por qué un obispo ajeno como puente entre el Papa y la Iglesia particular? Son los obispos quienes están en comunión con el Papa y le representaban adecuadamente.

Pero los nuncios mantuvieron un influjo desconcertante en la marcha de los asuntos eclesiales españoles y los nuevos obispos eran condimentados en las cocinas de la Nunciatura. Con Franco, Tarancón y Díaz Merchán, resultaron decisivos los informes y selecciones de la calle Pío XII, sin olvidar, claro está, las peticiones o insinuaciones políticas o de Tarancón y Suquía.

Según sólidos rumores eclesiales y confidencias malhumoradas de Nunciatura, esta situación se ha roto con el cardenal madrileño, quien habría tenido un influjo inédito en la historia española en la selección y nombramiento de candidatos, algunos, ciertamente, controvertidos. Desdibujada la Nunciatura, ha sido sustituida por contactos directos y presencias personales en las reuniones de la comisión de obispos. Es decir, según esta versión, Rouco ha logrado lo que deseaban los obispos y teólogos progresistas posconciliares: anular la Nunciatura.

Pero nada es perfecto. Ahora se dice que es mejor Roma, más objetiva por alejada, que los intereses, demasiado personales, del arzobispo de Madrid. Ya se dijo en su momento que los nombramientos de Franco resultaban más pastorales que las propuestas interesadas de algunos eclesiásticos.

Todos esperan que el nuevo nuncio actúe como tal, supere los caprichos y busque sólo el bien común. Benedicto XVI acaba de exigir a los obispos que trabajen menos por sí mismos y más por la comunidad.

En el nº 2.675 de Vida Nueva.

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