Luis Ángel de las Heras: “La vida consagrada debe construir una Iglesia sinodal con todo el pueblo de Dios”

La Iglesia española ha celebrado este martes un coloquio en torno a la celebración de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, este martes, 6 de febrero, ha tenido lugar un coloquio en torno al tema de este año: ‘Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad’. En él han participado Fr. Jesús María Galdeano, dominico, vicario para la Vida Consagrada de Pamplona; la hermana María Teresa Pandlet, del monasterio de las hermanas clarisas de Ávila; y Carolina Sánchez, del Instituto secular Inmaculado Corazón de María.



El coloquio ha comenzado con la invitación de Antonio Bellella, director del Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) y moderador del evento, a “que todos y todas repensemos nuestra experiencia vocacional y lo importante que fue esta expresión: ‘Señor, heme aquí’, sin duda alguna evocando la experiencia del pequeño Samuel que tantas veces repetimos no solo en la liturgia sino también en nuestra oración personal”.

“Tras esta expresión hay una voluntad muy clara: la de seguir a Dios tal como Dios quiere que le sigamos, de servir a los hermanos del modo que Dios quiere que les sirvamos; de aprender lo que Dios nos propone a la manera que Dios nos lo propone”, ha aseverado Bellella.

Por su parte, Luis Ángel de las Heras, obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, ha subrayado que “la entrega a Dios y a la humanidad lleva a la persona consagrada a pronunciar estas palabras de forma personal y comunitaria y a través de la castidad, la pobreza y la obediencia”. Así, “la profecía que define a la vida consagrada y que nunca debe perderse de vista, se trasluce en estos tiempos en el caminar junto con el pueblo de Dios, y edificar juntos una Iglesia sinodal y en misión”.

“La vida consagrada es un modo de vida en el que resulta ineludible buscar, hallar y cumplir la voluntad de Dios con los hermanos”, ha subrayado el prelado. En consecuencia, “ha de compartir ese modo de ser y obrar con el resto de bautizados, ese modo de ser y obrar en comunión fraterna que hoy exige tantos esfuerzos y suscita tantas esperanzas”.

Amar a Dios amando a Jesucristo

“Hacer la voluntad del Señor es el propósito y el programa de todo creyente, porque creer es fiarse de Dios”, ha señalado Jesús María Galdeano. Por ello, “cualquiera que sea nuestra vocación cristiana, la respuesta siempre es ‘Señor, hágase tu voluntad'”. En este sentido, “la respuesta de María en la anunciación y la de Jesús en Getsemaní resumen su vida entera. Yo también me fío de que el Señor sigue guiando mi caminar”.

Asimismo, María Teresa Pandlet ha señalado que la vida consagrada, y, en este caso, contemplativa, “no intenta otra cosa que lo que intenta cualquier otro cristiano: amar a Dios amando profundamente a Jesucristo. Si algo tenemos de específico, es que apostamos por querer vivirlo en plenitud y sentido de vida”. Por ello, “la vida contemplativa quiere ofrecer al mundo entrañas de misericordia”, además de ser testimonio de una “profunda libertad”.

Por último, Carolina Sánchez ha expresado que “cuando Dios te mira y pronuncia tu nombre, lo que sucede en ti es una nueva creación. Ante tanto amor que te abraza y acepta tal como eres, solo quieres darlo todo hasta el límite de tus posibilidades”.

Noticias relacionadas
Compartir