Vestir un nuevo Regnum Christi

El Vaticano aprobó el 31 de mayo los Estatutos de la Federación Regnum Christi. Once años después del fallecimiento de su fundador, Marcial Maciel –a quien Benedicto XVI retiró del sacerdocio en 2006 por abusos–, los Legionarios de Cristo, los laicos y laicas consagrados y los laicos asociados caminan de la mano en la recién instituida federación, constituida por medio de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA).

Los Estatutos entraron en vigor el 15 de septiembre. La Federación arranca desde el kilómetro cero sin Maciel. Atrás dejan unos años convulsos que Eduardo Robles-Gil, director general de los Legionarios; Gloria Rodríguez, directora general de las Consagradas del Regnum Christi; y Jorge López, director general de los Laicos Consagrados del Regnum Christi, han vivido de cerca.

Revisar la autoridad

“Los últimos diez años han requerido de nosotros una conversión constante, profunda y esperemos duradera”, pero “no significa que todo está ya hecho”, explica Eduardo Robles-Gil. “Conversión ha significado para nosotros cambio de mentalidad y de corazón a nivel personal, además de la conversión institucional necesaria. Hemos tenido que ser humildes, dejarnos acompañar para encontrar una nueva forma de concebirnos personalmente y como institución, encontrar una forma renovada de hacer las cosas”.

Echando la vista al pasado, el máximo responsable de los legionarios recuerda que “uno de los aspectos clave que la Santa Sede nos pidió revisar fue nuestra forma de ejercer la autoridad. Durante los últimos años no solo nos lo han pedido, sino que nos han acompañado en este proceso, y nos ha permitido corregirnos y aprender cómo gobernar”. De hecho, hoy el Gobierno es colegiado y los laicos participan con voz y voto consultivo.

Este proceso lo han hecho de la mano del cardenal Velasio de Paolis –delegado pontificio de 2010 a 2014–, y el jesuita Gianfranco Ghirlanda –asistente pontificio desde 2014–. Y es que la forma que la Santa Sede escogió para este acompañamiento no fue la de eliminar el gobierno y sustituirlo por un comisario pontificio, sino nombrar a un delegado que formaba y acompañaba al gobierno en el ejercicio de sus funciones.

El peso de los abusos

Preguntado sobre si se puede dar carpetazo ya a los abusos, Robles-Gil es tajante: “No se puede dar carpetazo porque las víctimas son personas, no es un tema que se pueda cerrar por decreto. Es verdad que hemos hecho un gran esfuerzo por tener y vivir los protocolos de ambientes seguros, pero hay camino por recorrer para reconciliarnos con las víctimas, pero podemos y queremos recorrerlo”.

Gloria Rodríguez mira con ilusión el presente del movimiento tras la aprobación de los Estatutos de la federación. “Este momento, tanto para mí como para las demás consagradas, es de mucha esperanza y de libertad. Es un momento de proyección en nuestra vocación y de cara a la misión en el Regnum Christi. Creo que hay un horizonte muy amplio, que estamos desarrollando y se seguirá consolidando con el tiempo. Es una etapa nueva en la que nos sentimos constructoras de este proyecto bajo la guía del Espíritu Santo en servicio de la sociedad. Ser parte de esto es un reto y una alegría, pues nos permite desplegar la riqueza de nuestra vocación”, relata.

Jorge López es el responsable de otro de los brazos de la federación: los laicos consagrados. Él lo tiene claro: “Sin duda hemos iniciado un camino de conversión”, porque “conversión es volver(se) al Señor”. Durante este proceso de restructuración ha tratado de “entender por dónde nos pedía ir el Espíritu Santo para lo cual he orado mucho, he profundizado teológicamente en los asuntos pero, sobre todo, he confiado mucho en las instancias eclesiales, comenzando por mi propio consejo general y las asambleas”, comenta.

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