La ‘revolución Francisco’ peregrina al origen del cristianismo
LUIS RIVAS (Periodista y excorresponsal en Washington del diario La Gaceta y la revista Época) | En su peregrinación a Galilea, Judea y Samaría, Pablo VI se hincó de rodillas ante la Santa Gruta y se lamentó: “¡Qué lejos estamos de Belén!”. Era la primera visita de un papa a los Santos Lugares en veinte siglos, y la distancia del buey y la mula, más allá del tiempo y del espacio, se rasgaba en el espíritu.
Un abismo que el recientemente fallecido García Márquez puso en boca de su Sierva María de Todos los Ángeles y Cayetano Alcino del Espíritu Santo en Del amor y otros demonios:
– Qué lejos estamos –suspiró–.
– ¿De qué?
– De nosotros mismos.
Cincuenta años después de la expedición revolucionaria del papa Montini, y tras la revolucionaria renuncia de Benedicto XVI, Francisco vuela a Tierra Santa con su revolución en la mochila. La agitación que rodea este retorno al humilde hogar del pesebre podría ser un indicador de lo demodé que había quedado el olor a oveja.
Como en cada uno de sus precedentes –tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI continuaron la senda abierta por Pablo VI–, el Pontífice y jefe del Estado vaticano se ha apresurado a subrayar la dimensión espiritual de su peregrinación a la histórica región de Palestina, una tierra hoy afligida por las tensiones políticas y religiosas.
El equilibrio en Tierra Santa es una utopía tan peligrosa que el Departamento de Estado de los Estados Unidos, preguntado por Vida Nueva, asegura no tener “nada que comentar sobre este viaje. Es una cuestión exclusiva entre Israel y el Vaticano”. Y hasta en semejante aséptica respuesta se entrevé una negación al reconocimiento del pueblo palestino.
No obstante la presunta teleología del viaje, Bergoglio se reunirá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, el 25 de mayo en la ciudad de Belén (09:30, hora española), en vuelo procedente de Jordania. Un día antes, se habrá entrevistado con los reyes Abdallá II y Rania en el palacio real Al Husseini, pronunciado un discurso ante las autoridades locales (14:20), oficiado una misa en el estadio internacional de Amán (16:00) y visitado el tramo del Jordán donde la tradición establece que Jesús fue bautizado (19:00).
Durante los poco más de dos días que durará su segunda salida internacional –después del viaje a Brasil con motivo de la JMJ del pasado julio–, Francisco ofrecerá 13 discursos, de acuerdo con su sobrecargada agenda.
Palestina cristiana
A todas luces significativo parece el encuentro previsto con niños palestinos en el campo de refugiados de Dheisheh, y que tendrá lugar después de que el Pontífice haya rezado el Regina Coeli en el Cenáculo, celebrado misa (11:00) en la Plaza del Pesebre –la que visitara Helena, madre del emperador Constantino, en el siglo IV, en lo que se considera la primera peregrinación a Tierra Santa– y compartido una comida con familias palestinas en el convento franciscano Casa Nueva de Belén.
Más tarde, se arrodillará ante la Santa Gruta y conocerá a niños, jóvenes y discapacitados, refugiados todos. Adentrarse en la región por la devastada Cisjordania podría parecer una mera cuestión de agenda. O, tal vez, una señal de simpatía hacia el más débil. “El Vaticano ha sido siempre uno de nuestros principales amigos”, revela a Vida Nueva Xavier Abu Eid, portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Para nosotros, la opinión y acción de la Santa Sede es muy importante. El muro y las colonias que separan Belén de Jerusalén por primera vez en 2.000 años de cristianismo deben caer; las familias separadas deben reunirse, los que están en el exilio deben volver, nuestra comunidad en Gaza debe ver a su gente de Cisjordania.
Agrega Abu Eid, que profesa la fe cristiana, “aquí, un papa tan sensible a la injusticia podrá escuchar por parte de los cristianos de Tierra Santa y del resto del pueblo palestino historias de exilio, opresión, muerte, ocupación y colonización”, expone. Y sus palabras, sentidas y verdaderas, no pueden ser asumidas sin tener en cuenta los intereses políticos que colonizan todas las conversaciones en el área de las antiguas Judea y Samaría:
Será una visita muy corta, pero esperamos poder vivirla al máximo y dar al Papa y a su delegación la calidez y hospitalidad que caracterizan al pueblo palestino. A diferencia de Israel, donde el cristianismo es visto como un mercado de turistas, para nosotros es parte de nuestro tejido social, y estamos muy orgullosos de ello.
Retumban los tambores de la nada espuria lucha por la supervivencia, tan viva como el recuerdo del propio Abás citando al Nazareno en su último mensaje navideño: “Cristo fue un palestino que inspira nuestra lucha por la libertad en cada aspecto de nuestras vidas”.
La alcaldesa de Belén es Vera Baboun, primera mujer en el cargo. Como cabría esperar, interpreta la visita de Francisco a su ciudad como una muestra de confianza en su capacidad organizativa y de garantía de la seguridad, no en vano más de 8.000 peregrinos acompañarán al Pontífice a la ciudad donde nació Jesús.
“Su presencia aquí es muy significativa”, indica en declaraciones a esta revista. “Su venida representa paz, esperanza y amor”, señala, pero también algo más: “Nuestra situación es desesperada y necesitamos ayuda de cualquiera que pueda traernos un poco de paz. Por ello, esperamos que el Papa pueda hacer avanzar el proceso de paz en un sentido de justicia”. De religión católica, Baboun considera que “la bendición que el representante de Dios en la tierra da al pueblo es muy especial. El Papa representa algo muy importante y significativo para los fieles de esta región, aunque no solo para los fieles, sino para todos los palestinos”.
Aunque son minoría frente al islam, los cristianos –un 25% de los vecinos– apenas sufren rechazo en la ciudad que vio nacer a Jesús. Al igual que Belén, los municipios de Beit Jala, Beit Sahour, Ramala y Taibe tienen regidores cristianos por una orden de Yasir Arafat que data de 1998, cuando este segmento de la población era mayoritario en la zona.
“Los cristianos esperan ser escuchados con esta visita del Papa”, apunta Abu Eid.
El doble rasero y la ignorancia, con los cuales muchos fieles en Occidente se relacionan con la situación de Palestina, hacen que los cristianos de esta región se sientan muy solos. Israel nos prohíbe el acceso a nuestros lugares de culto, roba nuestras tierras, demuele nuestras casas, separa a nuestras familias y en Occidente aún hay líderes religiosos cristianos que no solo lo justifican, sino que planifican peregrinajes a Palestina en los que ni siquiera dedican unas pocas horas a la comunidad cristiana más antigua del mundo.
Y zanja el portavoz de la OLP:
Para nosotros es un gran orgullo poder continuar con nuestra tradición, cargada de siglos, de recibir a los peregrinos y poder decirles que, dos milenios después de la llegada de Nuestro Señor, aún guardamos su mensaje de justicia, paz y amor. Pero es hora de que los cristianos alrededor del mundo dejen su posición de comodidad y entiendan que ellos también tienen responsabilidad en hacer que la justicia prevalezca.
Son, como proclamó Juan Pablo II, “los descendientes de los pastores que cobijaron a Cristo”. Con motivo del viaje de Francisco y de la canonización del papa polaco, se han desatado los recuerdos de su peregrinación allá por el año 2000.
Karol Wojtyla presidió entonces una eucaristía multitudinaria en la Plaza de la Natividad. “Belén es Belén, y siempre acoge a todo aquel que viene a una verdadera renovación espiritual”, explica Baboun, cuyo despacho es un hervidero a escasas semanas de la visita. “Se están mejorando infraestructuras, pero tampoco vamos a exagerar los gastos”, detalla. Según confiesa a Vida Nueva Abu Eid, “estamos viviendo el viaje del Papa con mucho interés, llevamos meses preparando la visita al más alto nivel por disposición del presidente Abás”.
“Cristianos y musulmanes trabajamos por un Estado libre”
No obstante la euforia, los cristianos de Tierra Santa recuerdan que la visita de Juan Pablo II se prolongó durante seis días del mes de marzo de 2000 y que Benedicto XVI completó una agenda parecida en mayo de 2009, mientras que Bergoglio estará poco más de dos días y no pisará Galilea.
Pese a todo, es un hecho que la volatilización de los cristianos en Cisjordania ha sido vertiginosa en los últimos 15 años. No deja de sorprender, por tanto, que se mantengan en cargos tan altos del Gobierno. “Nunca me lo he planteado, porque en Palestina muy rara vez se me ha preguntado por mi religión”, explica Abu Eid. “Yo soy creyente, voy a misa, ayuno y colaboro en mi Iglesia con toda la libertad posible, descontando, obviamente, las restricciones impuestas por la ocupación israelí.
“El hecho de que yo tenga un alto cargo simplemente refleja lo natural que es la presencia de cristianos en Palestina y en su Movimiento de Liberación Nacional”, afirma. Le pregunto si el acoso político a Vera Baboun en Belén está relacionado con su condición de católica: “No –responde con rotundidad–, no tiene nada que ver con la religión“. Expone Eid:
Los problemas a los que se enfrenta no han venido motivados por la religión, ya que han sido principalmente creados por otros cristianos, más que por musulmanes. Querer dar un tinte religioso a lo ocurrido en Belén es simplemente lo que hacen quienes defienden agendas extranjeras que quieren que los cristianos sean separados del resto del pueblo palestino. Pero no han logrado triunfar, porque los cristianos somos parte integral del pueblo palestino. Como dijo Muhammad Shtayyeh [ministro de Economía para el Desarrollo y la Reconstrucción] en la última Navidad, ‘los cristianos son la sal de esta tierra y, sin ella, no hay Palestina’. Esta cita, sacada de la Biblia, es el ejemplo predicado por un palestino musulmán. Esa es la relación que tenemos entre nosotros.
La propia Baboun, sin velo y a cabello descubierto, confirma que su fe católica no está detrás de la fuerte contestación que ha tenido su ascenso a la alcaldía. “Esta venida del Papa a Palestina y Tierra Santa coincide con un momento histórico en el que los palestinos, incluyendo a la Autoridad Palestina, los cristianos y los musulmanes estamos trabajando juntos de una manera firme y rotunda para conseguir el objetivo de un Estado libre e independiente.
Sesenta y tres años después, la historia de injusticia continúa, nuestra nación tiene que concentrarse en campos de refugiados, se ve detenida, abocada a la diáspora, deportada, enclaustrada entre muros… y eso une mucho por encima de todo lo demás”, asevera.
De 49 años, Baboun es viuda de un hombre que en 1990 fue arrestado por participar, supuestamente, en la primera Intifada, militancia que ella ha asegurado desconocer desde siempre. Con Johnny había tenido entonces tres hijos, a los que sacó adelante mientras estudiaba en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y con él habría de concebir posteriormente dos más.
Profesora universitaria de Literatura inglesa, cree que en sus detractores pesa más su sexo que su credo: “Esta es una comunidad patriarcal muy conservadora, que cree que este cargo solo puede ser desempeñado por hombres”, pero “las mujeres vamos a demostrar a la gente que podemos hacerlo, siempre que confiemos en nuestra habilidad para liderar. Nosotros hemos logrado una importante mayoría y los que nos han votado han sido también hombres”. De cara al futuro, Baboun se ve con “capacidad, pasión y convicción” para dar el salto a la política nacional.
¿Su secreto para la convivencia? La supervivencia: “Por encima de religiones está la nación; antes que musulmanes o cristianos, somos todos palestinos”, proclama.
Siguientes apartados en la versión íntegra:
- PEREGRINACIÓN GEOESTRATÉGICA.
- CONTROVERSIA ENTRE HERMANOS.
- LA ‘SHOÁ’ Y LA CUESTIÓN DE DIOS
Pliego íntegro publicado en el nº 2.895 de Vida Nueva. Del 24 al 30 de mayo de 2014
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