El futuro del libro religioso: desafíos y propuestas

¿Tiene futuro el sector del mercado editorial religioso en España?

JOSÉ LUIS CELADA – FRAN OTERO. Fotos: LUIS MEDINA | Son muchos los escritores, reconocidos –algún Nobel– y noveles, los que pasan estos días por la Feria del Libro de Madrid, que no es la única, pero sí una de las más importantes, sino la que más, de nuestro país. Un encuentro literario en el que, tanto editores como libreros, esperan recuperar lo que la crisis económica les ha hecho perder. Una situación que, unida a los cambios tecnológicos que se están produciendo en los últimos años, suponen un auténtico desafío para el sector. Un reto que es doble para las editoriales religiosas.

Las editoriales religiosas tienen fuertes condicionantes como la secularización, la falta de vocaciones, o la percepción que de lo religioso tiene la sociedad, y que, amparadas por un público fiel, se han quedado rezagadas en la urgente renovación.

Luis Aranguren (PPC)

Con unos condicionantes fuertes a nivel general y con los problemas propios del ámbito religioso, son muchas las cuestiones que se plantean en torno al futuro: ¿desaparecerán algunas editoriales religiosas? ¿Hay sitio para todas? ¿Deberán fusionarse o aunar esfuerzos para sobrevivir? ¿Están preparadas para afrontar proyectos como el libro electrónico? ¿Deberán desplazarse, o integrar temas afines como la filosofía o psicología?

Luis Aranguren Gonzalo, director editorial de PPC, aborda las dificultades del libro religioso para hacerse un hueco en el mercado y, para ello, habla de saturación de libros y editoriales religiosas. “Se publica mucho y posiblemente no hay demanda para tanta oferta”.

Que este mercado se sitúe solo en las librerías especializadas es otro problema –“en España no encuentras buenos libros religiosos en librerías generalistas o grandes superficies”–, aunque también afecta la falta de cultura religiosa, que provoca la confusión de libro religioso con esoterismo o autoayuda. Además, concluye Aranguren, “falta conectar el libro religioso con las grandes preguntas y cuestiones que se plantea todo ser humano para vivir con sentido”.

Pedro M. Gª Fraile (San Pablo)

El director general de Sal Terrae, Antonio Allende, cree que el modelo con el que se funcionaba tradicionalmente “tiene que cambiar”. Opina que se ha procedido más con base en la percepción de los editores que apoyándose en lo que quieren o necesitan los lectores. “Se ha producido una especie de círculo vicioso, parecido al de los ratings de televisión con los programas más vistos; se mide la audiencia, pero nunca se comprueba el grado de satisfacción de los destinatarios”, subraya.

Dos cuestiones en las que insisten mucho los editores son la distribución y la información/comunicación y, por ello, el subdirector editorial de San Pablo, Pedro Miguel García Fraile, reconoce que, al margen del cierto prejuicio que puede haber hacia todo lo religioso, no han sabido estar en el circuito comercial “con la profesionalidad exigida”. “Hemos querido que se nos tratase como al resto de editores, pero, en la práctica, nuestros formatos, precios, contenidos y reglas de mercado eran otras. Afortunadamente, esto está cambiando, nos hemos tenido que poner las pilas”, explica.

Diversificar y estar abiertos

Coincide en cierto modo el director editorial de Desclée de Brouwer, Manuel Guerrero, quien afirma que es necesario “diversificar, estar abiertos, atentos”, en definitiva, “no estar quieto”. Reconoce, asimismo, que en ocasiones es difícil llevar a cabo este impulso editor dadas las circunstancias del momento. Aun así, aboga por la buena selección de textos y por rebajar una oferta que le parece excesiva.

Guillermo Santamaría, director de publicaciones de la Editorial Verbo Divino, dice que “se hace imprescindible la mejora de la comunicación”. “Sin una comunicación puntual y adecuada, los libros corren el riesgo de perderse sin encontrar a sus destinatarios. Hay que llamar a la puerta del lector y decirle que ese libro fue escrito y pensado para él”, sostiene.

G. Santamaría (Verbo Divino)

Otra de las cuestiones de las que más se ha hablado en los últimos tiempos es la de que editoriales católicas aúnen esfuerzos, se asocien, para ser rentables. El director de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC), Jorge Juan Fernández Sangrador, es partidario de trabajar en común. “Las editoriales católicas mantienen óptimas relaciones entre ellas. Ahora bien, para acometer el frente que les sobreviene, producido por nuevos paradigmas religiosos, culturales, sociales, económicos y tecnológicos, han de asociarse de acuerdo con las específicas líneas editoriales que caracterizan a cada una de ellas, y teniendo en cuenta a sus prescriptores, que les exigen mantenerse fieles a la identidad fundamental”, explica.

En presentar lo religioso de forma novedosa y sin complejos trabaja Khaf, cuyo director, Juan Pedro Castellano Rico, explica sus señas de identidad: diseño cuidado, estilo cercano, aire actual y el tratamiento de cuestiones que preocupan o pueden preocupar a creyentes y no creyentes. “Queremos romper cierta inercia que parece mantener que en el sector ‘todo está dicho’ y abrir nuevos ámbitos de promoción”.

En el nº 2.756 de Vida Nueva (reportaje completo para suscriptores).

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