Luis Miguel Esteban: “Estamos ante un cambio de ciclo en el sector”

Coordinador de la Comisión de Editores del Libro Religioso

J. L. CELADA – F. OTERO | Reconoce que la gran cantidad de empresas dedicadas a la edición es una de las riquezas del sector del libro, todo “un referente en la exportación de productos fabricados en España y la promoción de nuestra cultura en el exterior”. Sin embargo, Luis Miguel Esteban, coordinador de la Comisión de Editores del Libro Religioso y director de Marketing de Ediciones Encuentro, advierte que “estamos ante un cambio de ciclo en el sector”, cuya gran expresión es el soporte digital: “Los jóvenes ya solo se informan a través de medios digitales”.

– ¿Cómo está afectando la crisis al libro religioso?

– Está afectando y mucho. La caída de ventas del año pasado llega en algunos casos a los dos dígitos. Son muchas las librerías, nuestros puntos de venta, que están cerrando o con problemas financieros. Lo que hace que haya poco fondo editorial y mucho libro tipo best seller que les da más rotación de producto. Pensamos que es un error no apostar por el libro de fondo, el longseller, que es apostar por calidad y buena cultura, frente a lo inmediato. Además de la crisis nacional, nos afecta especialmente el tipo de cambio del euro frente a monedas americanas, incluido el dólar, tan devaluado. Así, un libro de producción europea tiene un coste en las monedas locales que lo hace inaccesible a las clases medias, por lo que también hemos bajado ventas en este capítulo.

– ¿Qué se esta haciendo en el sector para mejorar su posicionamiento en el mercado editorial?

– Trabajamos mucho la librería especializada, y entendemos que es este tipo de librería el que mejor va a funcionar en esta nueva etapa de la economía. Queremos que los libreros conozcan bien nuestros fondos editoriales, que los promocionen entre sus clientes, que se hagan expertos en nuestro nicho. Vender libros es vender cultura, ideas, respuestas, que necesitan de profesionales con el ímpetu y la cualificación necesaria para poder asesorar a los lectores. También nos interesa mucho la gran distribución y las cadenas de librerías. Nos gustaría mucho que dedicaran más espacio a la temática religiosa en todas sus categorías. Es un trabajo difícil por las escasez de espacio, pero en ello estamos, porque sabemos de nuestro potencial y los resultados que obtenemos en las librería especializadas.

– ¿El futuro pasa por el soporte digital, o es posible (y necesaria) la convivencia con el papel?

– El futuro es el soporte digital, sin ninguna duda. La convivencia es necesaria y lo será durante mucho tiempo. Pero estamos ante un cambio de ciclo en nuestro sector, de la misma magnitud que la imprenta de Gutenberg. El lector, cada vez más, consume formatos digitales en la información diaria, documentación o estudios de formación. Los jóvenes ya solo se informan a través de medios digitales y estudian a través de ellos. Las editoriales somos una fuente de información de alta calidad, que debemos “digitalizarnos” con un modelo de negocio rentable y accesible a los lectores, que cada vez más nos demandan nuestros libros en formato digital.

– Como coordinador de una comisión que integra a las diversas editoriales religiosas, ¿cree que la fusión entre algunas de ellas paliaría su delicada situación actual, como ha ocurrido en otros campos?

– Una de las riquezas del sector del libro es la gran cantidad de empresas que se dedican a la edición. La mayoría de ellas, dos tercios, son empresas pequeñas de no más de cinco trabajadores. Somos un referente en la exportación de productos fabricados en España y la promoción de nuestra cultura en el exterior. La integración de empresas editoriales es difícil por los distintos criterios de edición, como en algún caso reciente ha sucedido. Lo que sí está funcionando son las sinergias en la comercialización y distribución, a través de la creación de consorcios de exportación o distribuidoras conjuntas entre editoriales.

En el nº 2.756 de Vida Nueva.

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