Jaume Pujol: “Lo que hace falta en Cataluña es diálogo”

acto de apoyo el 16 diciembre a Carme Forcadell presidenta del Parlament de Cataluña al declarar ante el Tribunal Constitucional por desobediencia

El presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense pide “no dejarse coaccionar por grupos extremistas del signo que sean”

acto de apoyo el 16 diciembre a Carme Forcadell presidenta del Parlament de Cataluña al declarar ante el Tribunal Constitucional por desobediencia

Acto de apoyo a la presidenta del Parlament por presunta desobediencia al Constitucional el pasado 16 de diciembre

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | “Animamos el camino del diálogo y el entendimiento entre todas las partes” ante los “nuevos retos y aspiraciones que afectan a la forma política concreta en la que el pueblo de Cataluña debe articularse y cómo se quiere relacionar con los demás pueblos hermanos de España”. Una idea de plena actualidad, pero que no es nueva. La escribieron los obispos catalanes a principios de 2011 en el documento Al servicio de nuestro pueblo.

A este documento se remite el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, para valorar la situación actual: “Allí está todo dicho”. Mucho antes de que hubiera una mayoría independentista en el Parlamento catalán y mucho antes de que el Gobierno de Mariano Rajoy iniciara la llamada “operación diálogo” para afrontar la carpeta catalana.

Jaume Pujol reconoce a Vida Nueva la “complejidad” de la situación actual. “Lo que hace falta es diálogo, no dejarse coaccionar por grupos extremistas del signo que sean”, explica. Y recuerda la necesidad de leer la realidad a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, “un auténtico tratado de cómo puede funcionar la persona, la sociedad y sus instituciones desde un humanismo cristiano”.

El presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense no descarta que en momentos concretos los obispos puedan expresar una opinión sobre la situación política. Pero Pujol cree que, ahora, “los obispos, la Iglesia como tal, no tenemos que pronunciarnos: ante esta cuestión política, le corresponde a los laicos cristianos dar libremente su opinión”. Y, añade que si es conveniente hablar de temas políticos, lo óptimo es que los obispos catalanes se pronuncien “todos juntos, como lo hicimos en Al servicio de nuestro pueblo”.

En esta pastoral, los obispos reafirman el reconocimiento de “la personalidad y los rasgos nacionales propios de Cataluña” y defienden “la legitimidad moral de todas las opciones políticas que se basen en el respeto de la dignidad inalienable de las personas y de los pueblos”. La misma idea la han repetido literalmente en las notas que han consensuado los obispos catalanes ante las distintas convocatoria electorales de los últimos años. Juan José Omella, nombrado arzobispo de Barcelona hace un año, también ha dado públicamente su apoyo a este documento.

Los obispos catalanes han buscado el equilibrio entre el no querer rebajarse a la batalla política diaria y el no aparecer como un episcopado ajeno a la realidad. Pero, sobre todo, el arzobispo de Tarragona destaca que su mirada debe ampliarse a las prioridades que tiene la Iglesia, como “evangelizar, ayudar a los pobres, celebrar la fe y ayudar a la gente a vivir en la esperanza. Todo esto también está en Al servicio de nuestro pueblo, y es el trabajo que nos interesa”.

“A ver si Dios ha pensando en más obispos auxiliares para Barcelona”

En declaraciones efectuadas a Ràdio Estel el 15 de diciembre, Juan José Omella también argumentó que el papel de los obispos en estos momentos es el de “construir puentes para acercar a la gente, ya que todas las opciones son válidas, siempre que sean respetuosas con los demás”. Por eso cree que es positivo que “el Gobierno español esté por abrir puertas al diálogo que Cataluña pedía y pide”. En la misma entrevista, Omella expresó su deseo de que “se arregle lo antes posible” la situación de interinidad que vive la Archidiócesis con el único obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, ejerciendo de administrador apostólico de Mallorca. Lo pidió “para el bien de nuestro obispo auxiliar” y para que “no tenga ningún infarto por estrés”. Por eso apuntó que “ya le pediremos un día a Dios a ver si ha pensado en más obispos auxiliares para Barcelona”…

Publicado en el número 3.017 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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