Sergi Gordo llega a Tortosa como obispo con el propósito de “caminar juntos”

El nuevo prelado toma posesión en la catedral catalana y comienza su ministerio acompañado por fieles de todas las tierras del Ebro

Sergi Gordo ya es el nuevo obispo de Tortosa tras la misa del inicio de ministerio celebrada esta mañana en la catedral de la diócesis después de que el pasado 13 de julio el papa Francisco procediera a su nombramiento. El hasta entonces obispo auxiliar de Barcelona sucede a Enrique Benavent –ahora arzobispo de Valencia– y es el pastor número 97 de la diócesis catalana cuyo obispo tiene el privilegio de usar solideo rojo cardenalicio –excepto cuando visita Roma–.



La celebración ha contado con la presencia del cardenal Juan José Omella así como del nuncio apostólico,Bernardito C. Auza. En total a la eucaristía han asistido 26 obispos, 130 sacerdotes, representantes de otras confesiones cristianas y en torno a mil fieles, contando con diferentes autoridades locales –tanto de la propia Tortosa como de las comarcas que forman la diócesis–, autonómicas –tanto catalanas como valencianas ya que el obispo es natural de Castellón– y nacionales.

Tortosa, en salida

En su homilía, a raíz del evangelio, el nuevo obispo de Tortosa destacó que Dios “nunca nos envía como francotiradores, nunca como líderes autorreferenciales, nunca como mesías o “llaneros solitarios”, sinofraternalmente, en comunión, “caminando juntos”, sinodalmente, como nos recuerda siempre nuestro buen papa Francisco”. Una celebración que, señaló, es una “sinodalidad vivida”.

Gordo dijo a los fieles que “desde el minuto cero –contando con la gracia del Señor y con vuestro afecto, apoyo yoración– estoy haciendo camino con vosotros, dispuesto a dejarme llevar humildemente por el Señor, llamado por Él, enviado por Él, recorriendo desde hoy los pueblos y villas tortosinos, donde Jesús, nuestro Maestro y Señor, yaestá antes de que un servidor llegue”. Un servicio que comenzó mostrándose, como Jesús, “siempre itinerante, siempre en ruta, siempre ‘en salida’” a realidades como “los afectados por los estragos de los aguaceros de la semana pasada en Alcanar y pueblos de alrededor”.

“Aquí me tenéis, queridos diocesanos, con mucha ilusión de venir a compartir mi vida con vosotros, con el deseode empaparme de cada una de las comarcas de la diócesis”, manifestó. “Deseo aprender mucho de vosotros,conoceros, escucharos, hacer míos vuestros gozos y esperanzas, tristezas y angustias, adentrarme en vuestrahistoria”, añadió. A todos los fieles invitó: “Salgamos creyendo profundamente que lo que anunciamos es algo extraordinario. Proponemos sin imponer, sin proselitismos. Libres de cosas secundarias que impidan la misión. Salgamos con autenticidad, sin hacer comedia, sin ser burócratas, sin vivirlo como un rol para horas convenidas”.

A los agentes de pastoral les recordó que “cuando el Señor nos envía a comunicar su palabra, no es difícil quealgunos no reciban bien el mensaje de la buena noticia del Evangelio que les queremos enviar, quizás porqueinconsciente o conscientemente tienen el prejuicio según el cual los mensajeros –por ejemplo, los catequistas, los predicadores– comunicamos dando la impresión de que somos como unos payasos que vamos maquillados, cumpliendo una función, como unos funcionarios que desempeñan un rol sólo a unas horas convenidas, comohaciendo comedia, como si no acabáramos de creer auténticamente lo que remitimos, diciendo palabras viejas y gastadas que no tienen ningún peligro y que se pueden dejar de lado”. Al final de la celebración, Sergi Gordo, dirigió unas palabras de agradecimiento comenzado por el cardenal Juan José Omella o al nuncio apostólico y llegó hasta “cada uno de los 74 presbíteros y 4 diáconos, y al seminarista” de la diócesis.

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