El nuncio Bernardito Auza y el obispo Enrique Benavent presiden la instalación de las nuevas puertas del templo tarraconense
“En Cristo la vida nunca se pierde. Más bien se encuentra, porque él es la vida y la resurrección”, ha dicho en su homilía el prefecto para la Congregación de las Causas de los Santos, Marcello Semeraro