Operación salida: los obispos piden “poner los cinco sentidos” en la carretera

El próximo 2 de julio la Iglesia española celebrará la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico

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‘Encomienda tu camino al Señor y él actuará’ (Sal 37,5) es el lema de la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico que la Iglesia en España celebrará el próximo día 2 de julio. Y no es casualidad que esta jornada coincida con la llamada ‘operación salida’ de las vacaciones de verano, ya que, desde hace 55 años, el departamento de Pastoral de la carretera promueve esta Jornada coincidiendo con el inicio de los desplazamientos masivos, muy próximos a la festividad del patrón de los conductores y transportistas, San Cristóbal, que se celebra el 10 de julio.



“Este año, según nos sugiere el lema elegido, os hablamos de la importancia de la oración”, expresan los obispos españoles en su mensaje. “Se trata de una invitación directa y personal a cada uno de los conductores para que, al inicio del viaje, como suelen hacer no pocas personas, recéis unos momentos al Señor y pongáis en sus manos vuestro camino con la seguridad de contar con su ayuda”, explican, ya que “la oración, además de ponernos en relación con Dios, estimula nuestra responsabilidad”.

Conducir con responsabilidad

De esta manera, señalan que “una forma sencilla de orar es hacer la señal de la cruz. Un gesto sencillo, pero de un gran significado de fe, el de santiguarse en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

“No se trata de convertir nuestro vehículo en una capilla”, añaden, sino, “como dice santa Teresa del Niño Jesús, de algo muy sencillo, un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como en la alegría'” que acompañe durante el viaje.

“La oración no es algo mágico”, apostillan los prelados, sino que “rezar para tener un buen viaje nos estimula a poner los cinco sentidos para ‘conducir con responsabilidad y en las debidas condiciones, no por temor a la multa, sino por amor a Dios y respeto a mi prójimo’ y, de este modo, evitar cualquier accidente o muerte, como desgraciadamente a diario sucede en nuestras carreteras”. Por ello, “creer en el ‘Señor, amigo de la vida’ (Sab 11,26), exige de nosotros el cuidar de esta, la nuestra y la de los demás, con todo mimo y dedicación”.

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