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Curas obreros


Esta obra de J. Centeno, J. Díez y J. Pérez (Herder, 2009) es recensionada por José Lorenzo.

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Curas obreros

Autores: J. Centeno / J. Díez / J. Pérez 

Editorial: Herder 

Ciudad: Barcelona

Páginas: 340

 

(José Lorenzo) Hay casualidades que tienen un punto macabro, que se presentan como una mueca burlona del destino. Algo así ha pasado con este libro bienintencionado sobre los curas obreros, en el que se adivina el canto del cisne de esta forma de apostolado en el momento de una crisis económica sin precedentes que ha convertido a España en el principal productor de parados de la Unión Europea. 

Y ellos, los representantes de este colectivo (en España son, en la actualidad, unos 150) que surgió en la Francia posterior a la Segunda Guerra Mundial, son conscientes de este cambio de ciclo, de este adiós resignado a esta forma concreta de ejercer el ministerio. Sin embargo, los que aún tienen fuerzas e intacta la esperanza, saben que han de dar el paso para hacerse presentes en “los nuevos pobres” de hoy, aquellos para los cuales la crisis es permanente. Ésta es su transición pendiente, y en la que creen con la misma fijación con la que abrazaron la causa de los obreros de los años 50 ó 60.

Sitio en la memoria

No es éste un libro que busque polémica. Sus protagonistas se dejaron buenas dosis de ilusión en pendencias con el magisterio y la jerarquía. Pero ya no reclaman más que un sitio en la memoria. “Somos pocos y fracasados”, dice uno de ellos, “pero somos gente con esperanza”, añade.

Una esperanza que transita por los testimonios de los 29 sacerdotes (algunos de ellos secularizados) con los que tratan de reivindicar un testimonio lúcido, honesto y respetuoso en nombre de Jesús de Nazaret. Quisieron estar en el mundo con los hombres y mujeres de su tiempo. Y si para ello era necesario bajar a la mina o entrar a la fábrica, allí fueron sin pensárselo. Curas camioneros, curas metalúrgicos, curas albañiles, curas taxistas… desgranan sus testimonios de compromiso, su apuesta personal por mezclarse hasta el tuétano con una clase obrera que les miraba de reojo hasta que les conocía y reconocía. Para estos curas, su opción era una radical forma de actualizar el servicio del sacerdote al Evangelio y a la sociedad en una época que entendían que así se lo demandaba.

Hoy, el gran valor de esta obra escrita desde el corazón es dejar, negro sobre blanco, el recuerdo de unos sacerdotes que, en un momento ya irrepetible, con unas coordenadas sociológicas y eclesiales que han cambiado, entendieron su entrega como una opción por los más marginados del sistema. 

En el nº 2.662 de Vida Nueva.

Actualizado
29/05/2009 | 14:14
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