La Iglesia chilena agradece a Dios en aniversario patrio

  • Los obispos presidieron Te Deum en catedrales de sus diócesis con autoridades civiles y militares
  • Varias celebraciones fueron ecuménicas

El lunes 18 se septiembre se celebraron Te Deum en varias diócesis del país para dar gracias a Dios por Chile, continuando una tradición que se inició en 1811, al cumplirse el primer aniversario de la Junta Nacional de Gobierno que declaró la independencia del país. Se trata de una ceremonia oficial a la que asisten autoridades civiles, religiosas y de fuerzas armadas.



En Santiago, el arzobispo cardenal Celestino Aós, presidió la ceremonia que, como se ha hecho tradición, tuvo carácter ecuménico al contar con participación destacada de líderes de iglesias cristianas y evangélicas; de las comunidades judía y musulmana; además de varias otras organizaciones religiosas y de espiritualidades, incluso de los pueblos originarios.

Entregar información

En su discurso, Aós aludió a la historia reciente del país diciendo que “traemos historia de desencuentro, de maltrato, de muerte. La hemos recordado en estos días; y nuestro recuerdo quiere ese compromiso de todos de no recurrir a la violencia, que trae destrucción, barbarie, dolor y muerte”.

Aludiendo a los aún más de mil detenidos-desaparecidos que dejó la dictadura cívico-militar, el cardenal planteó que “hacen daño quienes ven sufrir a hermanas y hermanos, porque no conocen la verdad acerca de sus familiares detenidos o desaparecidos” y llamó a “hermanos que tienen informaciones, les pedimos, por el bien de los familiares que sufren y por el bien de ustedes mismos, que compartan esos datos”. Agregó que desde la Iglesia “estamos disponibles para prestar ese servicio de recibir la información y entregarla anónimamente a las autoridades”.

El arzobispo también se refirió a la vida del que está por nacer: “hagamos de Chile un país de la vida, donde cada ser concebido pueda ser gestado y nazca dignamente, que viva dignamente, que muera de muerte natural, dignamente”. “Que cada uno pueda nacer, vivir y morir, humanamente, con dignidad”, expresó el cardenal Aós.

Una herida que trasciende generaciones

Al término de la ceremonia el presidente Gabriel Boric, presente en el Te Deum, valoró “el llamado que hace (el arzobispo) a quienes tengan datos, a entregarlos para poder conocer el paradero de los detenidos desaparecidos” y luego agregó que “la reflexión que hacen es frente a toda la sociedad. Quienes pudiendo haber hecho más y no lo hicimos. Eso es algo que cada uno tiene que reflexionar”.

Boric complementó el llamado del arzobispo: “Recordemos que en nuestro país hay más de 1.100 personas que no sabemos dónde están. Son 1100 familias que están cruzadas por una herida que trasciende generaciones”, dijo. Y agregó que “institucionalmente como Estado desde el Plan de Búsqueda, nos hemos comprometidos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para conocer toda la verdad y colaborar con la justicia que corresponde a los tribunales ejercerla en nuestro Estado de Derecho”.

El presidente señaló que “lo mejor para la reconciliación es la justicia, es la verdad, no el olvido. La memoria, la justicia y la verdad. El obispo ha hecho una invitación muy potente en esa línea”.

En ese contexto, Gabriel Boric reconoció el “rol importante que jugaron las iglesias en la defensa de los derechos humanos y en “la defensa de la democracia, frente al terror, la tortura y el abuso y a quienes decían que era mentira”.

La paz fruto de la justicia

Esta tradicional ceremonia religiosa tiene carácter ecuménico desde 1971 cuando el entonces arzobispo de Santiago, cardenal Raúl Silva Henríquez invitó a obispos y pastores de otras Iglesias cristianas a participar con sus oraciones en esta ceremonia, accediendo a una solicitud del entonces presidente de la República, Salvador Allende, quien al asumir el cargo, en noviembre de 1970, lo pidió al arzobispo.

En cada diócesis, el obispo preside una ceremonia similar también con asistencia de las autoridades locales.

El viernes 15 se realizó en La Serena el Te Deum oficial con asistencia de autoridades del gobierno local, organizaciones civiles y religiosas, y fuerzas armadas. En su alocución, el arzobispo René Rebolledo llamó a superar el actual clima de crispación del país, pidiendo “la paz como fruto de la justicia, erradicar la violencia física y verbal, su construcción mediante una sana convivencia ciudadana y amistad cívica, un diálogo social que propicie el bien de las personas, el respeto a la dignidad y a los derechos de cada ciudadano, encuentran en esta Palabra del Señor su orientación definitiva, como el más límpido testimonio de su propia vida que nos diera Jesús y de tantas hermanas y hermanos que han hecho del amor a Dios y a los semejantes, motivo de su existencia”.

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