La gata y el mar de Galilea

media tarde. Casina Pío IV. Concluye una de las sesiones de I Seminario Internacional “Donne Chiesa Mondo” sobre el papel de la mujer en la Iglesia. Paseo por los jardines vaticanos en busca de la salida.

Resulta inevitable detenerse ante el Mater Ecclesiae, el convento en el que trabaja, medita y ora Benedicto XVI. Como él quiso, alejado del mundo. Se mueve la cortina de una ventana. El gen “paparazzi” que todo periodista esconde tras la patilla de la gafa se despierta. Me quedo inmóvil esperando una silueta a reconocer. Nunca llega. Falsa alarma. Bajo la mirada. Y ahí, en el suelo, está la sorpresa. Mira con algo de inquietud, pero no desafiante. Se llama Contessina. Es la gata del Papa emérito. Se deja acariciar. Hasta tal punto que se tira al suelo esperando algo más de cariño. Se relame como si por ella no hubiese pasado un pontificado, un Vatileaks, los informes frente a la pederastia… Mira la vida pasar. También a quienes buscan al entrar en esa casa de la que es guardesa para hacerse con el aliado necesario para desestabilizar al inquilino de Santa Marta. Ha sido un goteo constante en estos dos años de pontificado. Ante cualquier iniciativa de Bergoglio –y las que están por llegar con la tormenta familiar del Sínodo-, se arremolinaban para pedir audiencia y consuelo. La audiencia la tenían. El consuelo, entendido como silenciosa oposición al sucesor, como un ataque a aquel que viene de lejos a usurpar la tradición y la ortodoxia. Pero no han logrado de Ratzinger ni un solo gesto de complicidad o, mejor, de complacencia. Porque Benedicto XVI y Francisco son comunidad. El Papa alemán es fiel al argentino. Viceversa. Comparten oración, conversaciones, almuerzos… Y lo más importante, comparten diferencias. La espontaneidad de uno y la exquisitez de otro hacen que no sólo la barca tenga un timón firme –mal que le pese a Burke y otros tantos- sino que tiene a dos viejos lobos de mar que saben navegar ante cualquier tormenta. Como en el mar de Galilea.

José Beltrán. Director de Vida Nueva España

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