Las alarmas saltaron ayer por la mañana. Francisco no participó en la primera reunión de la semana del Sínodo de la Sinodalidad, celebrada a primera hora del lunes. El anuncio del secretario general de la Secretaría del Sínodo, el cardenal Mario Grech, de que había cuatro bajas por dar positivo de coronavirus, hizo pensar que el Papa podría haberse contagiado de covid.
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En otros medios digitales se fue más allá y se especuló con la posibilidad de que la guerra declarada en Tierra Santa hubiera excusado su presencia en el aula, bien por evitar hablar del tema o bien por haber puesto en marcha un gabinete de crisis al respecto.
Participación intermitente
Nada más lejos de la realidad. En el breafing sobre el Sínodo de la Sinodalidad celebrado este mediodía, el prefecto para la Comunicación, Paolo Ruffini, aclaró que el pontífice no estuvo presente ayer en las congregaciones generales porque dedicó la mañana a reunirse con los obispos de República Democrática del Congo, que se encuentran en Roma para su visita ‘ad limina’.
A la vez, el comunicador italiano detalló que el Papa no participa en los llamados Círculos Menores, es decir, las sesiones de trabajo en grupos pequeños de reflexión y debate. Sin embargo, anunció que esta tarde el Francisco sí está presente en las congregaciones generales.
El ‘nosotros’
Además, Ruffini reiteró su visión de que los trabajos sinodales se están celebrando en un ambiente de cordialidad. “Hay un gran compartir: lo que cuenta somos nosotros, no lo individual”, expuso el ‘ministro’ vaticano de Comunicación.
Sobre los temas que se ponen sobre la mesa en cada una de las sesiones, también apuntó que “a diferencia de otros Sínodos, en este Sínodo cada miembro puede hablar una y otra vez”. Así, apunto que en el Instrumentum laboris se incluyen “cuestiones muy abiertas”, por lo que “cada miembro puede expresar su disenso sobre cualquier tema, que luego es devuelto a la asamblea”.
