Gilles Baudry: inspirar versos, espirar paz

“Mi principal motivación es dar a conocer en España al hermano Gilles”, afirma rotunda Mari Sol Pérez Guevara, traductora de ‘Permanece en vela’ (Fonte-Monte Carmelo), el primer libro del benedictino y poeta francés Gilles Baudry (Saint-Philbert-de-Grand-Lieu, Loira Atlántico, 1947) que ve la luz en castellano, realmente en una edición bilingüe. Un verdadero gozo, un encuentro con nuestro interior, con la plenitud de Dios.



“En los tiempos de guerras y de crisis que vivimos, la poesía espiritual no es una evasión superficial. Al contrario, nos transporta a lo más profundo de nosotros mismos, a la fuente del sentido para afrontar lo que nos toca vivir. En palabras del hermano Gilles, ‘inspiramos poesía, espiramos paz’. El mundo necesita belleza”, describe Pérez Guevara.

“Descubrí la poesía de Gilles Baudry en el verano de 2022, gracias a la recomendación de una librería en Bruselas –prosigue la traductora–. Me impresionó su profundidad espiritual, su calidad poética y su estilo totalmente contemporáneo y nuevo. Mi primera impresión fue de deslumbramiento y pensé: ‘¡No he leído nada así desde el Cántico espiritual de san Juan de la Cruz!’”.

Y añade: “Al constatar que, pese a ser muy conocido y apreciado en los países francófonos, nada del hermano Gilles había sido traducido al castellano, decidí lanzarme a traducir y publicar uno de sus treinta libros. Mi intención era compartir mi experiencia personal de deslumbramiento y difundir estos bellísimos poemas en nuestra lengua”.

Mari Sol Pérez Guevara, madrileña, vive en Bélgica desde 1993. Unos meses antes de ese “deslumbramiento”, había publicado ‘Inesperada luz’ (Fonte-Monte Carmelo), su primer poemario. Así que propuso al grupo editorial de los carmelitas descalzos incluir la poesía espiritual de Gilles Baudry en su catálogo. Lo primero era ponerse en contacto con el hermano Gilles, monje en la Abadía de Landévennec, en el Finisterre francés, en plena Bretaña.

Versión bilingüe

“El hermano Gilles no tiene ni e-mail ni teléfono. Así que le contacté por carta y a través de mensajes enviados a la hospedería de su monasterio. A los seis meses, recibí una llamada suya, en la que no solo se mostraba conforme, sino que también me mostraba su agradecimiento por este proyecto. Él nunca ha buscado publicar, ni promocionar, ni traducir su obra. Desde el principio, editores, artistas y traductores han ido a buscar sus manuscritos”, relata la poeta y traductora. Ahora faltaba traducir, tarea nada fácil para los versos encendidos de Baudry.

“Para el hermano Gilles, traducir es un acto de ‘acogida en el idioma’, lo que me hace pensar en la acogida monástica. Toda traducción es necesariamente imperfecta, porque no existe equivalencia entre los idiomas –describe–. Con su aprobación, mi traducción es más literaria que literal, con el objetivo de mantener la profundidad de sus versos reconstruida en la belleza poética que el castellano puede ofrecer. El libro está publicado en versión bilingüe, para que cada cual pueda recrear su propia versión”.

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