García Magán: “Tenemos el peligro de hacer del mensaje del Evangelio algo fosilizado”

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española apadrina la V Jornada del Libro Religioso, un foro de reflexión que hoy reúne en Madrid a las principales editoriales católicas

El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Francisco César García Magán, defendió esta mañana que “no podemos abdicar a la presencia de la Iglesia” en el mercado editorial. “La Iglesia no es para estar en las sacristías sino para salir de ella, el Evangelio no es solo para el culto, sino para anunciar desde la libertad y en la libertad para el receptor”, expresó, consciente de los retos de esta misión: Tenemos el peligro de hacer del mensaje del Evangelio algo fosilizado. El mensaje es Buena Nueva para todos y para todos los tiempos”.



El portavoz de los obispos fue el encargado de abrir la V Jornada del Libro Religioso, organizada por la Comisión de Editores del Libro Religioso, en el marco del Liber, la Feria Internacional del Libro de España, que se celebra en Madrid entre el 4 y el 6 de octubre. Este foro de reflexión abordará los problemas de visibilidad el sector, así como la piratería.

Dimensión nueva

García Magán compartió con los presentes “las dificultades para el libro en general y más aún para el libro religioso, que participa de una crisis, o al menos de una dimensión nueva”. Para el también el obispo auxiliar de Toledo, ha de redescubrirse como “oportunidad y renovación de las pantallas y nuevos dispositivos”.

Eso sí, el secretario general de los obispos se mostró consciente de cómo la inflación ha supuesto un aumento de los gastos, lo que ha complicado “cumplir con los honorarios y los precios, hasta convertirse en un dolor de cabeza”. A la par, alertó de que “escasean los autores para el pensamiento teológico, filosófico- cristiano, canonistas y para la reflexión pastoral, pero escasean más aún los lectores”.

Sociedad de la inmediatez

Por ello, subrayó que “editar es una inversión a medio y largo plazo en una sociedad de la inmediatez que ha perdido la paciencia el agricultor”. Por ello, agradeció a los editores presentes su esfuerzo “por mantener el compromiso con la Iglesia y con la sociedad” desde “la originalidad creativa desde la fidelidad”.

“No está dictada la sentencia de muerte para el libro”, enfatizó el portavoz de los obispos, que sí defendió un consumo legal: “Es de justicia respetar la propiedad intelectual, evitando excusas ante el fraude. Es más, abrió la reflexión de si consumir productos pirateados es una falta o un pecado”.

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