El Papa insta a los empresarios a “tejer redes” para afrontar los problemas de la humanidad “desde la cultura del encuentro”

Francisco ha recibido en audiencia al Consejo Empresarial de América Latina

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Francisco ha recibido en audiencia este jueves al Consejo Empresarial de América Latina, que se encuentra estos días en Roma llevando a cabo su encuentro anual. Así, el Papa les ha agradecido que aborden “temas sociales que nos afectan a todos, como son el trabajo, las migraciones, el cambio climático y el desarrollo humano integral”.



“He constatado en este tiempo que esas mismas inquietudes que ustedes se plantean también están presentes en otros puntos del planeta”, ha asegurado el Papa, “y por eso el intercambio nos puede ayudar a unir fuerzas para afrontar juntos problemas que en estos momentos son comunes a toda la familia humana”.

Recordando lo que dijo “anteriormente a un grupo de empresarios europeos, es imprescindible enfocar la labor desde una cultura del encuentro”. Y es que “los valores de esa cultura son los que inspiran al mundo empresarial para poder defenderse de las sombras del mal, que nos invaden cuando el beneficio a toda costa tergiversa nuestras relaciones, hasta el punto de degradar o esclavizar a las mismas personas”. “La cultura del encuentro, por el contrario, expresa la búsqueda del bien común, contribuyendo así a disipar esas sombras”, ha asegurado el Papa.

Salir a navegar

Son unos valores que, además, “se traducen concretamente en los numerosos esfuerzos y sacrificios cotidianos que sus empresas realizan para salir adelante, para lograr capacitar y actualizar a los trabajadores, para evitar conflictos y no llegar al dolor del despido, conscientes también de que detrás de cada trabajador hay una familia, y la entera sociedad”.

Por todo ello, el Papa ha propuesto a los empresarios que sean “como los primeros seguidores de Jesús, ‘tejedores de redes'”. Además, ha señalado que “es significativo que hayan elegido venir a Roma para realizar este encuentro”, ya que en esta ciudad “está la tumba del apóstol Pedro —un experto en tejer y reparar redes— y las huellas de numerosos discípulos del Señor de todos los tiempos que, con su testimonio cotidiano y movidos por la fe, fueron capaces —con la gracia de Dios— de transformar el ambiente en el que vivían a la luz del Evangelio”.

“Entonces”, ha concluido Francisco, “podemos decir que tenemos una valiosa herramienta: las redes, y una brújula: el Evangelio. Ahora toca dialogar sobre el mejor modo de ponerlos en práctica. Podríamos agregar que también tenemos un ancla: la esperanza. Y ya podemos salir a navegar, con la confianza de que es Dios quien nos guía y acompaña en el camino”.

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