Rafael Salomón
Comunicador católico

La belleza de la vida


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La vida es mucho más que alcanzar logros o metas, es el tiempo que pasa mientras oramos y nos quedamos dormidos, también es el lapso en el que esperamos a que se caliente el agua para el café. Hay tantas cosas simples que suceden en nuestra vida que pueden llegar a ser triviales, imperceptibles y hasta irrelevantes, pero eso es la vida.



Momentos que se van acumulando y que nos hacen experimentar que estamos vivos, aspectos que valoramos cuando falta algo tan elemental como la salud. Quienes no están completamente sanos comprenden lo difícil que puede ser realizar tareas tan cotidianas que se convierten en un verdadero reto llevarlas a cabo, alguien con alguna discapacidad, sabe lo que es enfrentarse a las cosas sencillas de la vida y el valor de cada instante.

A veces derrochamos tanta vida y desperdiciamos momentos de gran importancia, pensando que lo trivial carece de valor, nos hemos esforzado en centrarnos en lo que podemos medir, lo que nos genera ganancia y aquello que, frente a los demás ofrezca un reconocimiento.

Apariencia, es la envoltura que nos gusta mostrar y nos esforzamos para alcanzar, nos sigue importando la opinión de quienes no nos conocen, los ojos de la sociedad continúan marcando nuestro éxito o fracaso; sin embargo, la sencillez sigue siendo poco valorada, como si se tratara de algo que no merece nuestra atención, cuando la vida es precisamente este instante que acaba de pasar, la hoja del árbol que cae, la lágrima que rueda en la mejilla, el apagar la luz de la casa para disponernos a dormir.

Nada hay más hermoso que vivir cada instante, tener vida aún con limitaciones, bajo las circunstancias de cada uno, que la vida se hizo para eso: Para vivirla. Te invito a que trates de mirar la oportunidad que tenemos, nuestra vida será un tiempo determinado, de manera que, valoremos el instante en el que nos encontramos.

Foto: Unsplash

Vivir en plenitud

“Una vida más sencilla significa: desplazarme lo justo cada día; ver menos para poder ver más; hacer menos para poder hacer más; adquirir menos para poder tener más”. Jon Kabat-Zinn

Este autor es el responsable de introducir la atención plena en la medicina convencional, lo que le convierte en un colaborador clave del creciente movimiento de atención plena. Regresamos a la sencillez, a lo simple como forma de purificación y atención de nuestra realidad, hemos alcanzado niveles tan altos de ansiedad y de evasión como nunca antes en la historia de la humanidad, pensamos demasiado y postergamos tanto.

La vida se nos comienza a ir de las manos y cuando intentamos darnos cuenta, ya ha pasado una buena cantidad desperdiciada.

Decía el monje Silvano del Monte Athos: “Quien no ha conocido al Señor no puede buscarlo llorando. Dios irrumpe en su desorden y lo va conduciendo, por los caminos de la humildad y la aflicción, al amor que procede del Espíritu Santo”. Este amor del monje lo impulsaba a rezar siempre más por los hombres y, al mismo tiempo, lo hacía cada vez más sensible a sus propias faltas, impidiéndole deslizarse por la peligrosa pendiente del orgullo, también decía: “Mantén tu espíritu en el infierno y no desesperes jamás. Es decir, considérate como ya condenado, pero seguro de que Dios no permitirá que seas arrojado al fuego eterno“.

Frase audaz, pensamiento de santa penetración, fruto de una honda experiencia del Dios de Jesucristo para vivir en plenitud cada momento de nuestra vida.